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La expedición del 14 de junio de 1959 fue un gesto tan heroico que los protagonistas tienen que ser recordados en cada aniversario como verdaderos mártires en la lucha por la libertad y la democracia.

Raza inmortal y patrimonio del pueblo dominicano son algunos de los calificativos con que han sido bautizados esos jóvenes, en su mayoría profesionales, que arriesgaron sus vidas para rescatar la nación de las garras de una de las más crueles dictaduras de la región.

Los expedicionarios pusieron el valor y la determinación por encima del reto que significaba enfrentar un ejército que los superaba en número y armas. Un primer grupo de 54 aterrizó el 14 de junio por el aeropuerto de Constanza.

Además de aviones, camiones y más de 3,000 soldados, la dictadura movilizó a campesinos para perseguirlos.

El régimen ganó la batalla militar desde que encontró los planos de la operación en una mochila que había perdido uno de los expedicionarios.

Los otros 96 y 48 que desembarcaron el día 20 por Maimón y Estero Hondo fueron bombardeados y atacados por barcos de guerra. Pero los expedicionarios estaban preparados para afrontar todos los riesgos en aras del ideal de la libertad y la democracia que los trajo al país.

Al conmemorarse mañana el 60 aniversario de la gloriosa expedición los expedicionarios del 14 de junio merecen que se les recuerde como verdaderos mártires de lucha por la libertad, la democracia, el bienestar y la dignidad del dominicano.

El Nacional

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