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Alegatos Educación

Muy débiles

 

En la mira de distintos sectores, sobre todo de la Iglesia católica, el ministro de Educación no puede recurrir a argumentos tan débiles como los que ha utilizado para rechazar la resolución legislativa que ordena la lectura de la Biblia en las escuelas.

Antonio Peña Mirabal puede hablar del laicismo de la enseñanza o de la libertad de culto que consigna la Constitución, pero cuestionar la lectura bíblica porque en el país hay miles de estudiantes haitianos que practican el vudú deja mucho que desear.

El obispo de Peravia, que desde el primer momento ha llevado la voz cantante contra disposiciones de la cartera como la igualdad de género en las escuelas, utilizó las declaraciones sobre la Biblia para colocar al funcionario contra las cuerdas. “Me parece una declaración degradante al hermano pueblo de Haití”, dijo monseñor Víctor Masalles, “que con todo y su pobreza es un pueblo digno y no podemos decir que lo de ellos es el vudú”.

Con la pólvora que le proporcionó el ministro de Educación, Masalles fue todavía más lejos al señalar que si los países tomaran en cuenta la presencia de extranjeros en su territorio “entonces no podían tocar sus himnos ni hacer manifestaciones patrióticas”.

Es obvio que los alegatos de Peña Mirabal para oponerse a la lectura bíblica en las escuelas carecen de consistencia en todo el sentido de la palabra. Al margen de la polémica sobre la difusión de la Biblia los argumentos con que el ministro de Educación se opone a la lectura generan más rechazo que respaldo.

El Nacional

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