En Puerto Rico

Futuro incierto

Con la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló la población se ha anotado una victoria, que es motivo para celebrar, y por demás con un claro mensaje para los gobernantes de la región: el poder no está por encima del pueblo.

Rosselló no es el único gobernante que deja el poder en la región empujado por protestas sociales, aunque sí es el primero que lo hace en Puerto Rico, un país sacudido, además, por una devastadora crisis económica.

Es esa crisis la que genera interrogantes sobre el escenario que se plantea en la isla con la salida de Rosselló, que era el objetivo inicial de las crecientes protestas, y su sustitución a partir del 2 de agosto próximo por la ministra de Justicia, Wanda Vázquez. Sin experiencia en asuntos administrativos y estrechamente vinculada al renunciante gobernador la gestión de Vázquez no despierta mayor optimismo.

Más bien incertidumbre. Puerto Rico podría estar en una encrucijada a pesar de la victoria que representaron las estruendosas movilizaciones, que aglutinaron a deportistas, artistas y gente de todos los estratos en demanda de la renuncia de Rosselló por unos chats ofensivos contra compañeros de su Partido Nacional Progresista (PNP), dirigentes opositores, la comunidad LGBT y grupos minoritarios.

Pero de lo que no queda ninguna duda es de que en la vecina isla se marcó un ejemplo con el contundente rechazo a las ofensas gratuitas de un gobernador, quien todavía corre el riesgo de ser procesado judicialmente.