Al Congreso

Más lodo

Los aprestos para reformar la Constitución han dejado sobre la reputación del Congreso una mancha que, en lugar de reducirse, se torna cada vez más extensa. Con los contratos para los préstamos de Odebrecht y los aviones Tucano la imagen de los legisladores había quedado bastante deteriorada, sin hablar del cuestionamiento que representan beneficios tan infames como el barrilito y otros privilegios.

Pero ahora son los propios congresistas los que han enseñado las partes pudendas al hablar de compras de conciencias, como si se tratara de un mercado persa, para introducir cualquier cambio a la Constitución.

El diputado Fidel Santana, del Frente Amplio, llegó a decir que se pagarían hasta 75 millones de pesos a los legisladores opositores que se prestaran a respaldar la frustrada reforma constitucional para habilitar la postulación del presidente Danilo Medina.

Esta vez el mismo congresista señala que la habilitación de Medina para el 2024 sería el fruto de un negocio en que se pagarían prebendas y se repartirían favores.

Santana no es el único que opina que la modificación de la Carta pasaría por la compra de conciencia. Los congresistas tienen la suerte de que, a pesar de la magnitud, los escándalos que protagonizan quedan impunes. Las autoridades no se han interesado ni siquiera en establecer responsabilidades sobre alarmantes irregularidades detectadas por auditorías de la Cámara de Cuentas.