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Gran desafío.-

Un nuevo ingrediente, que se erige como desafío para el procurador Jean Alain Rodríguez, ha surgido alrededor del escándalo sobre la grabación y difusión ilegal de una conversación telefónica entre los diputados Rubén Maldonado y Henry Merán, quienes renunciaron del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para formar parte de La Fuerza del Pueblo, que lidera el expresidente Leonel Fernández.

El diputado Manuel Díaz (PLD-San Cristóbal) dijo que tanto la compra de voluntades en el Congreso como pinchar teléfonos son actividades “normales”, sin importar que sean ilegales.

Y para comprometer más al Ministerio Público, Díaz confesó que ha pagado para intervenir teléfonos y, como si tuviera constancia, aseguró que instituciones, organizaciones y personas se dedican de manera normal a esa actividad ilícita.

“Cuando usted quiere saber cualquier información aquí hay 80 mil instituciones, organizaciones y personas que usted le paga y no tiene que buscar la autorización de un juez”, afirmó el legislador, quien ya antes había causado revuelo al declarar que el poder no se desafiaba.

Tras la confesión del legislador en que exacerba la conversación espiada a los diputados leonelistas se supone que tratándose de una práctica violatoria de las leyes será requerido por el Ministerio Público.

Que se deje sin investigar el caso de Maldonado y Merán es una cosa, pero que se obviara la confesión de Díaz sería un galardón a la impunidad.