No prospera fraude

La salida de Evo

El ultimátum de los militares para que renunciara fue determinante para la decisión que tomó el presidente Evo Morales para facilitar una salida a la crisis postelectoral en Bolivia. Antes de conocerse el demoledor informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las alarmantes irregularidades que se cometieron durante el proceso electoral, Morales había anunciado nuevas votaciones y la sustitución del Tribunal Electoral.

Pero al trascender la magnitud del fraude es posible que el mandatario, quien de seguro que cacareará que se trató de un golpe de Estado auspiciado por Estados Unidos, no tuviera más alternativa que la de renunciar al cargo.

La OEA encontró que en el sistema de cómputos se instaló un algoritmo que transfería votos a la candidatura de Morales. Además del ultimátum de las Fuerzas Armadas, que previamente habían anunciado que no intervendrían en el conflicto, el Gobierno había comenzado a desmoronarse con la propagación de motines policiales y la renuncia de funcionarios importantes.

Para lavar su imagen, Morales, que buscaba su cuarto mandato, enarbolará la tesis del golpe militar antes que del fraude detectado en la auditoría de la OEA.

No dejó de llamar la atención que tras la interrupción del conteo renunció el vicepresidente del Tribunal Electoral, integrado por demás por los mismos jueces que habilitaron la repostulación del mandatario después de fracasar en un referéndum. Tras su decisión Morales deben conformarse con su legado.