De una extensión de 276 kilómetros de la frontera con Haití, República Dominicana utilizará 17 para construir una verja con el propósito de controlar el contrabando de mercancías. Pero tratándose de una zona tan sensible, la obra, que financiará la Dirección General de Aduanas y construirá el Ministerio de Defensa, no deja de generar sus reservas.
De la misma forma que hubo necesidad en levantar una verja perimetral en la comunidad El Carrizal, en Elías Piña, lo mismo ocurre con la pared que se levantará en el punto fronterizo de Mal Paso.
Al menos el presidente de Haití, Jovenel Moïse, ha reaccionado con sensatez sobre una decisión que no atenta contra la soberanía de su país. En su momento las autoridades haitianas decidieron limitar la carga terrestre de varios productos procedentes de este país salvo el cumplimiento de las tasas impositivas correspondientes.
Con un intercambio comercial que cada semana mueve entre 60 y 70 millones se explica que la Dirección de Aduanas quiera ejercer más controles sobre los negocios con la vecina nación.
Los muros fronterizos no son bien vistos por algunos sectores, pero es obvio que algo se tiene que hacer para frenar tanto la inmigración ilegal como el contrabando de todo tipo de mercancía desde la vecina República. Las autoridades deben evitar por todos los medios, eso sí, que en la construcción de la obra se genere algún conflicto innecesario con el Estado o nacionales haitianos.

