Radar

Criminalidad

Suena alarma

El caso de la niña de cuatro años que el sábado había sido reportada como desaparecida en Santiago y cuyo cadáver fue encontrado con signos de violencia no puede ser más dramático.

Las circunstancias que rodean la muerte de Yanesy Rodríguez, cuyo cuerpo fue encontrado en el sector La Barranca, de Las Charcas, son espantosas. Pero el drama de la niña no es el único caso que en las últimas horas ha disparado las alarmas sobre el salvajismo y la inseguridad que esparcen sus reales por el territorio.

El atraco e intento de asesinato que denunció el lanzador de los Orioles de Baltimore, Miguel Castro, cuando practicaba en un estadio de béisbol en Villa Hermosa, La Romana, y la muerte en la misma ciudad de un padre de familia para despojarlo de una motocicleta ilustran los brotes de criminalidad que atenazan a la población.

Castro dijo que salvó la vida milagrosamente al encasquillarse el arma de fuego con que los atracadores intentaron dispararle después de despojarlo de las prendas que tenía.

Carlos Enrique Rijo Santana, de 35 años, fue abatido por desconocidos que viajaban en un carro para despojarlo de la motocicleta en que se desplazaba por la carretera La Romana-San Pedro de Macorís. El espantoso caso de la niña de Santiago y los otros dos sucesos demandan que se les presten la atención que realmente merecen.

La naturaleza de cada uno de los sucesos pone de manifiesto una criminalidad que es necesario detener con todos los recursos habidos y por haber.