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Crimen niña

El caso de la niña de cuatro años Yaneisi Rodríguez, violada y asesinada por dos jóvenes perturbados, no es para buscar culpables a priori, sino una lección que la sociedad tiene que asimilar.

En el terrible suceso convergen muchos elementos que convocan a una exhaustiva reflexión antes que tomar la tangente para evadir, de manera consciente o inconsciente, la realidad. Yaneris Rodríguez, la madre de la niña, sobre quien se ha tratado de descargar todo el peso de la tragedia, es otra víctima, como aseguró la ministra de la Mujer, Janet Camilo.

El horroroso episodio, ocurrido en el marco de un ambiente habitual en determinados segmentos sociales, merece una lectura cabal y no sesgada. Un crimen tan horrendo es propio de personas enfermas. La niña fue abusada y asesinada a golpes por dos vecinos, incluyendo un primo de 16 años que ya había afrontado problemas por la supuesta violación de un niño de cinco.

El peluquero Franklin Fernández Cruz, de 31 años y uno de los detenidos, expuso que solo ayudó a lanzar el cadáver de la niña al vertedero en que fue encontrado. Se escudó alegando que lo hizo bajo los efectos del alcohol. Tras seis días de intensa búsqueda el cuerpo de la niña fue encontrado descompuesto.

La madre, a quien se acusa de negligencia, dice que nunca pensó que los inculpados podrían cometer el hecho. El lamentable suceso es para que la sociedad y los sectores de poder presten atención a sus entrañas, porque es más que obvio que algo anda mal.

El Nacional

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