Vertedero Duquesa

Gran reto

El vertedero de Duquesa, cuya reestructuración fue dispuesta por el presidente Danilo Medina, es, además de un depósito de desperdicios, un medio de vida para decenas de personas.

Desde que Dios amanece los llamados buzos comienzan a escarbar en los desechos en procura de algún objeto de valor que puedan negociar o sacarle algún otro provecho. Las historias de esas personas, entre las que figuran niños y ancianos, son conmovedoras. Trabajan sin ningún tipo de protección, arriesgando la salud, pero ellos alegan que tienen que vivir.

El centro de trabajo que se ha creado en torno al vertedero constituye un desafío para la comisión multiinstitucional creada por el jefe del Estado para la rehabilitación del depósito, el cierre técnico y la planificación de un relleno sanitario para la disposición final de los residuos del Gran Santo Domingo.

Los conflictos en torno al vertedero son asuntos del pasado. Lo que ahora está en juego es encontrar la manera de estabilizar su operación para mitigar el impacto ambiental. Cualquier solución afectaría a los buzos y las personas que tienen en el vertedero su medio de subsistencia.

Esa es una de las razones que la comisión tiene que tomar en cuenta en la elaboración del plan de acción a corto, mediano y largo plazo para cumplir con sus objetivos.

Sin embargo, es una realidad que el problema que representa el vertedero a cielo abierto tiene que resolverse a cualquier precio. Lo mucho que se ha esperado para abordar el desafío ambiental no le resta trascendencia a la decisión del presidente de la República.