Mal momento.-

Por más legal e incluso bien intencionado que pueda ser, el momento no es el más adecuado para el concurso convocado por la Procuraduría General de la República para llenar plazas y designar nuevos fiscales.

La oposición al sistema de entidades tan acreditadas como la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) y Participación Ciudadana es más que suficiente para que el procurador Jean Alain Rodríguez suspenda el proceso para las plazas tan importantes como las de Delitos de Alta Tecnología y de Persecución de la Corrupción Administrativa.

Para colmo ha habido denuncias de presiones a fiscales para que renuncien a sus funciones o a sus aspiraciones.

Ha trascendido que los titulares de 14 de las 17 plazas que serán concursadas renunciaron de “manera espontánea” aun cuando podían optar por permanecer en los cargos.

Aunque no sea así, en las actuales circunstancias se percibe que con el concurso el Gobierno procura colocar figuras que ante un eventual cambio político garanticen impunidad a los suyos.

Con esperar otro momento para el concurso la Procuraduría General de la República contribuye con la tranquilidad que necesita el país tras la convulsión generada por la suspensión de las elecciones del 16 de febrero. La hoguera no necesita más leña.

Salvo aliados oficialistas ningún sector sensato respalda la designación de nuevos fiscales en los actuales momentos, amén de que todos coinciden en que el proceso no tiene otro fin que no sea político.