La reelección de Radhamés Camacho en la presidencia de la Cámara de Diputados, en violación de la alternabilidad que había acordado el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), confirmó que en esa organización la suerte está echada.
En virtud del pacto de Juan Dolio, que propició la reforma constitucional de 2016 que posibilitó la reelección del presidente Danilo Medina, la dirección de la Cámara Baja correspondía a un seguidor de la corriente que dentro del PLD lidera el expresidente Leonel Fernández. Se había propuesto al diputado Demóstenes Martínez.
Pero los danilistas llevaron a Camacho, quien obtuvo 120 votos a favor y 35 en contra. La decisión no sella la división del PLD, pero se trata de una herida que afecta la unidad de la formación oficialista. Al menos en el cuerpo legislativo es obvio que los leonelistas formarán un bloque diferente de los danilistas, aunque todavía ambos se cobijen bajo las siglas del PLD.
Sobre el proceso había mucha incertidumbre, pero a última hora se evidenció que Martínez no presidiría el cuerpo legislativo en el actual período.
La decisión en la Cámara de Diputados, en cuya elección no se guardaron ni las formas, es otro ingrediente de la lucha por la candidatura presidencial, en la que los precandidatos danilistas han conformado un frente para bloquear las aspiraciones de Fernández de retornar al poder.

