El director de Desarrollo de la Comunidad (DGDC), Luis Acosta Moreta, avanzó otro nivel en el muro que levanta en la frontera. No se trata de una obra de concreto o hierro, sino de la construcción y restauración de templos católicos, algunos verdaderas reliquias históricas, para rescatar y fortalecer el cristianismo.
La condición de nativo de Las Matas de Farfán de Acosta Moreta y de dirigente político le permite, con los estudios realizados, un amplio conocimiento de la realidad económica y social de la región. Por eso se ha dedicado a construir templos para afianzar la identidad religiosa del dominicano residente en la frontera.
Con la participación del ministro de Defensa, Rubén Paulino Sem, fue inaugurado en Villa Anacaona, Dajabón, el santuario de la virgen de Fátima.
Por la historia del poblado, uno de los escenarios donde se libraron intensas batallas cuando la gesta restauradora, el director de la DGDC explicó que el santuario puede convertirse en un centro de peregrinaje, lo que redundaría en beneficio de la economía de la zona. Con los templos inaugurados en las comunidades de Matayaya, Guayajayuco y otros poblados se traza, como explicó Acosta Moreta, una frontera de fe “frente a cultos extraños que por décadas han amenazado la cultura y la identidad del dominicano”.
Es obvio que para frenar la penetración haitiana a través de la frontera no basta con un muro religioso, pero las iglesias ayudan a fortalecer tanto la fe como la identidad religiosa.

