Editorial

Radiografía de un drama

Radiografía de un drama

El drama socio económico que se padece en comunidades fronterizas, el éxodo continuo de familias dominicanas acosadas por la miseria y exclusión, el incremento de haitianos en esas zonas desoladas, son descritos con crudeza en nueve reportajes publicados por El Nacional, cuyos contenidos deben provocar profunda reflexión de Gobierno y sociedad.

Las mayores metrópolis del país parecen desconocer o son indiferentes a la situación de fatalidad que se sufre en municipios y cantones rurales de las cinco provincias que conforman el hilo fronterizo, donde se resalta la ausencia de progreso económico o equidad social.

En esos reportajes se muestran ciudades habitadas hoy mayoritariamente por inmigrantes haitianos porque las familias dominicanas emigraron hacia otros lares, aguijoneadas por la carencia de empleo, tierra cultivable, servicios básicos como educación, salud y participación comunitaria.

En centros urbanos de mucha influencia económica, política y social se ignora que gran parte del presupuesto de los centros hospitalarios de Pedernales, Elías Piña, Independencia, Dajabón y Montecristi se invierte en proveer asistencia a ciudadanos haitianos, residentes en esa región o asentados en Haití.

Tampoco se ha difundido que miles de escolares cruzan la frontera para estudiar sin ningún tipo de restricción en escuelas dominicanas, donde además del pan de la enseñanza reciben desayuno escolar, libros y útiles, clara señal de la solidaridad que ejerce una nación injustamente acusada de xenófoba o racista.

En esos reportajes publicados durante nueve días consecutivos, se resaltan el que miles de familias haitianas obtienen el sustento diario al participar en los mercados fronterizos que se levantan en el lado este de la frontera, donde adquieren alimentos y mercaderías que luego revenden en territorio de Haití.

También se relata la tragedia que significa el desmonte o deforestación de amplias zonas boscosas del suroeste a manos de grupos de haitianos y dominicanos que trafican con miles de sacos de carbón vegetal que se venden en Haití, una actividad de naturaleza criminal que reporta millones de pesos a mafias dominico-haitianas, en las que participan autoridades civiles y militares.

El Nacional cree que ha cumplido con su deber con presentar a la sociedad dominicana a través de esa serie de reportajes una auténtica radiografía social y económica de la región fronteriza, entre cuyos hallazgos principales figura el éxodo continuo de dominicanos y el incremento de asentamientos haitianos.

El Nacional

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