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Redes brotan veneno

Redes brotan veneno

Hugo A. Ysalguez

Las redes sociales siguen en ebullición brotando expresiones venenosas que enlodan reputaciones bien ganadas, generando escozor que producen laceraciones al honor, dignidad, privacidad y derecho al buen nombre, ocasionando situaciones muy enojosas, desembocando algunas en los tribunales de justicia.

Vivimos en una democracia, aún por pulir, y un amplio clima de libertad mal entendido, con una añeja ley sobre expresión y difusión del pensamiento, normativa que necesita ser sacudida con profundas modificaciones que sea una verdadera prevención que endurezca las penas y cumpla con la esencia y los fines de una regla de derecho, y evitar que la basura que se vierten en las redes sociales tenga como destino final un vertedero con tanta fetidez o más que el de Duquesa.

La ley 6132 del año 1962 sobre Expresión y Difusión del Pensamiento, una copia al carbón, de la legislación francesa, es obsoleta, con poco ámbito de aplicación, por lo que urge un nuevo texto actualizado que contribuya a la convivencia y fraternidad de esta sociedad, penetrada por los antivalores que han logrado la primacía sobre la educación, la decencia, el buen uso del lenguaje y un ejemplar comportamiento ciudadano y, de esa manera, evitar la deshonra de personas honorables que tienen una positiva nombradía por su vida pública y privada.

Hay que subrayar que la ley es una prevención, para que un agente proclive a cometer una infracción, se detenga y reflexione sobre el régimen de consecuencias, lo que conduce a que desista de sus intenciones de infringir una norma elaborada para regularizar las relaciones entre personas dentro del orden establecido.

Existe consenso entre analistas y hacedores de opinión pública de que los usuarios de las redes sociales están afectados de incontinencia verbal, arrastrando deseos, emociones y decisiones personales, y el rasgo más prevaleciente es la carencia de ética, aflorando la procacidad, el embarre moral y la pobreza cultural.

Tenemos, pues que tener, una ley forrada de herramientas para hacer una profilaxis de los que incursionan en ese medio tecnológico con un conjunto de artículos que sancionen con el cierre de los espacios YouTube y eliminen los videos e imágenes para lanzarlos donde se depositan los excrementos.