Opinión Carta de los Lectores

Reflujo y fragilidad

Reflujo y fragilidad

Cartas

En el reflujo político, lo partidos deben pensar en su recomposición interna y prepararse para la futura campaña electoral. La fragilidad actual puede mover a divisiones y salida de militantes y dirigentes.
Los viejos semi-caudillos no pueden dar por sentado que tienen una maquinaria política que los sigue a ciegas. Hay tentaciones y disgustos y el buen líder sabe que en el reflujo está caminando por arena movediza.

Hay aspirantes que desde ya saben que no van a tener cabida en la boleta de su partido, y llegan a negociaciones muy adelantadas para pasarse a otras filas, que les garantice su participación electoral.
Otros son seducidos por los aires del poder, con las ofertas que les hacen desde el gobierno, sea por cargos o por nichos de militancia. Todos los movimientos se tienen que tomar como posicionamientos de desesperados individuales, que quieren a tiempo arreglar su mundo.

Nadie está obligado a pertenecer a un partido político. Se puede ir a otro cuando le venga en gana. No hay transfuguismo, sino una mudanza a una vivienda que ofrece mejores perspectivas. Para darse el real trasfuguismo tiene que haber una basamento ideológico, que no existe al día de hoy.

Querer que un militante permanezca en un partido determinado, es ir contra su libre albedrío, y esa acción golpea partes fundamentales de la constitución y el derecho al libre pensamiento. Los estatutos partidarios no pueden, bajo ninguna circunstancia, estar por encima de la constitución
Los partidos del sistema adolecen de posiciones de izquierda o de lucha por reivindicaciones. Todos enarbolan el suspiro de la democracia representativa y están a la expectativa de ganar unas elecciones.

Los programas de gobierno se podrían distribuir sin el nombre específico de un partido, porque todos son conscientes de los males y de sus limitaciones para solucionarlos de golpe y porrazo. Están, por demás, los partidos sometidos y a la sombra del gran empresariado.

Sin tener una participación directa en los partidos, los empresarios se mueven a las sombras y tienen fuerza mediática para conseguir sus objetivos. Ninguno de los partidos reconocidos, tiene por orientación establecer el gobierno de la clase obrera. Son recuerdos del pasado. Etapa ya superada,
Es fundamental fortalecer el sistema de partidos políticos.

Toca en el reflujo de hoy a todos los grupos hacer revisión crítica para determinar las causas de que militantes los abandonen, y se vayan a organizaciones rivales. Ahora, para los miembros, es el momento de echar bagazo a la caldera, y esperar.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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