Opinión Carta de los Lectores

Reformas a cuenta gotas

Reformas a cuenta gotas

El país no está en condiciones de realizar una reforma fiscal a destajo y de sorpresas. Cualquier movimiento impositivo recaerá sobre los hombros del gran pueblo. Lo ideal sería que lo paguen los que más tienen, pero ello no es una realidad.

Cuando las reformas impositivas o las nuevas cargas, golpean a los que tienen, estos le tiran el fardo a los más necesitados, que se encuentran sin defensores. Se torno un círculo que imposibilita el desarrollo.
Los economistas y las instituciones impositivas internacionales están de acuerdo en que se tiene que dar una reforma fiscal, para de esa forma lograr equilibrios en las recaudaciones. Sobre el papel es una cosa, y otra en la realidad.

Se podrá equilibrar la economía y el supra desarrollo, pero la intranquilidad social será inevitable. A pesar de los problemas, el país tiene una gran estabilidad social que no se debe fragmentar.
Además, la parte final del año no es de buena inteligencia aplicar más cargas impositivas. Lo ideal es dejar pasar el tiempo y ver la correlación de fuerzas para el 2026.

Pero no importa el camino que se tome, una reforma fiscal, completa o parcial, es un trago amargo que lo mejor es no tomarlo. Se pueden buscar otros factores de recaudación sin aplicar cal a una herida abierta.
Los organismos internacionales, el Banco Interamericano, el Fondo Monetario Internacional y otros, no descansan en las presiones hechas al país para que se someta la reforma fiscal.

Ese es un mal consejo.
Cualquier ecuación que se implemente debe tomar en cuenta que el país se encuentra en una difícil etapa económica, con los más pobres al borde de la desesperación y la clase media proletarizándose a todo trote.

Ya en el pasado las recetas milagrosas de los economistas no dieron resultados y ante su impopularidad fueron descartadas, antes que seguir ahondando una crisis social de grandes repercusiones.
Ahora sin reconocerlo de modo oficial se tensa la cuerda de las reformas, y al parecer se van a a ejecutar a cuenta gotas, para que todos la puedan asimilar. Sin dudas que los aumentos de precios en los colmados, supermercados y áreas de servicios tiene que ver con los reajustes tapados.

Tarde o temprano impondrán la reforma fiscal. Lo ideal y lo justo es que se detenga cualquier manifestación de ir haciendo una reforma fiscal en las sombras. Hay que trabajar de frente con la economía, adecuándola a nuestras necesidades y dejar las reformas para más adelante.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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