Gobierno y sociedad deberían reflexionar muy seriamente sobre el hecho de que cada día se alejan las posibilidades de poder controlar el creciente flagelo de la delincuencia y la criminalidad que ha degradado a la ciudadanía a la condición de fácil presa del crimen organizado y el vandalismo común.
Muchos años atrás, las misas se oficiaban al despuntar el día, pero por los nuevos horarios laborales, esas celebraciones se fijaron las 7:00 de la noche, para que la familia pudiera asistir al término de la jornada laboral.
Ante el auge de los atracos y asaltos, el arzobispado de Santiago ha autorizado a las parroquias adelantar el horario de celebraciones religiosas, en el entendido de que las noches son propiedad exclusiva de la delincuencia.
Una situación similar de inseguridad ciudadana confronta la mayoría de las iglesias evangélicas, que ya no pueden celebrar sus cultos como antes, que se extendían casi hasta medianoche.
No se exagera si se dice que al término del crepúsculo, en una geografía cada vez mayor, que incluye mentados sectores residenciales, barrios populares y comunidades rurales, la gente “se recoge” para dejar el espacio público a la delincuencia y la criminalidad.
No resultan buenos augurios que las iglesias modifiquen horarios de sus actividades por temor a que sus feligreses sean víctimas de actos delincuenciales o de que dentro de un restaurante o bar los parroquianos sean asaltados o atracados por antisociales armados.
El director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), Sigfrido Pared Pérez, ha señalado que las autoridades investigan la posibilidad de que bandas de delincuentes extranjeros operen en territorio nacional, otro elemento que agravaría aún más tan agobiante problema.
Los campanarios de las iglesias, obligados por el crimen a repicar antes del oscurecer, constituyen el último llamado para que Gobierno y sociedad aúnen voluntad y esfuerzo en una cruzada por el rescate de una ciudadanía hoy virtualmente secuestrada en sus propios hogares por la delincuencia y la criminalidad.