¿Podría referirse a la importancia de la “Cyberdiplomacy” en la actual política internacional, y a su diferencia con la diplomacia digital?
Evidentemente, la diplomacia como método, ha evolucionado con el auge de las tecnologías de la información y la comunicación. En este contexto, surge un nuevo campo especializado conocido como «cyberdiplomacy» o ciber diplomacia.
La “cyberdiplomacy “ es, básicamente, el conjunto de acciones diplomáticas llevadas a cabo por los Estados, organizaciones internacionales y actores no estatales, para abordar los retos, oportunidades y normas del ciberespacio. Este campo regula las relaciones internacionales vinculadas a la tecnología digital, la ciberseguridad, la inteligencia artificial y la gobernanza global del internet.
Los elementos fundamentales de la ”cyberdiplomacy” para los Estados incluyen:
1)Gobernanza del internet: Participación activa en foros multilaterales como la ICANN, el Foro de Gobernanza de Internet (IGF), la ONU y el “Global Digital Compact” para definir normas sobre libertad digital, privacidad, neutralidad de la red, acceso y soberanía digital.
2)Gestión de ciberconflictos y ciberseguridad internacional: Negociación de acuerdos sobre el comportamiento responsable de los Estados en el ciberespacio, prevención de ciberataques, cooperación en la protección de infraestructuras críticas y medidas de confianza entre gobiernos.
3)Promoción de normas y valores: Influencia diplomática para garantizar que las normas del ciberespacio reflejen valores democráticos, principios de derechos humanos y seguridad jurídica. Incluye la lucha contra la desinformación, la ciberpropaganda y las guerras híbridas.
4) Diplomacia técnica y fortalecimiento de capacidades: Colaboración internacional para reducir la brecha tecnológica entre países desarrollados y en desarrollo, especialmente en materia de ciberresiliencia, protección de datos y acceso a tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
5) Participación de actores no estatales: Las grandes empresas tecnológicas (como “Google”, “Microsoft”, “Meta”), universidades, centros de investigación y ONG desempeñan un rol clave en la construcción de marcos normativos, infraestructura crítica y estándares técnicos.
En igual contexto, resulta fundamental poder distinguir, la “cyberdiplomacy” (precedentemente tratada), de la diplomacia digital, que se refiere al uso de herramientas tecnológicas para apoyar la acción diplomática, como la diplomacia pública, la automatización consular y la comunicación institucional.
Debe precisarse, que la denominada inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un tema prioritario dentro de la “cyberdiplomacy”, dado su impacto transversal en la toma de decisiones, la seguridad internacional, la automatización de conflictos y la protección de los derechos humanos.
La diplomacia multilateral se enfrenta al reto de definir marcos éticos y regulatorios sobre el uso de la IA, evitar sesgos algorítmicos, establecer principios comunes para su desarrollo responsable, y evitar los riesgos emergentes asociados a su mal uso en contextos geopolíticos.
Finalmente, cabe señalar que la consolidación de la “cyberdiplomacy” como dimensión prioritaria de la política exterior en diversos países, refleja la creciente importancia estratégica del ciberespacio en los aspectos de la seguridad, economía, derechos humanos y soberanía de los Estados en el siglo XXI, ya que en el mundo de hoy, los asuntos cibernéticos están estrechamente vinculados con las cuestiones geopolíticas.