Acontecimientos importantes podrían registrarse en Haití en las próximas semanas, los cuales tendrían repercusión en nuestro país, lo que obliga redoblar la protección de la frontera por evitar que ola, de haitianos desesperados intenten penetrar en el territorio, complicando el grave tema migratorio.
La misión de Kenia fue un fracaso, nunca se reportó un enfrentamiento con las bandas armadas y un solo militar keniano fue muerto en un hecho aislado, dejando la situación intacta: los pandilleros dominan el 80 por ciento de Puerto Príncipe, la capital haitiana, y los miembros perfumados del ineficaz e infuncional Consejo Presidencial Haitiano, jugando dominó, armando rompecabezas o entreteniéndose con juguetes de tribus africanas.
Actualmente, circula profusamente el rumor de que el presidente Donald Trump contrató los servicios de una temerosa organización criminal de sicarios que solo saben matar por dinero, y cuya misión en Haití es eliminar pandilleros, a cambio de un grueso dinero en efectivo y la administración de las aduanas.
Durante el desarrollo de la crisis haitiana, se han mencionado varios países para integrar una fuerza que establezca el orden en Haití, que elimine el caos, la anarquista, organizando elecciones, restableciendo la paz, aún sea a sangre y fuego.
Nuestro país necesita de los recursos que invertimos en la población haitiana en materia de educación, salud, medicamentos de altos costos, etcétera, en decremento de los dominicanos qué tenemos un cinturón de miseria que, cada día aprieta y reduce su fuerza, pese a todos los esfuerzos e intenciones del presidente Abinader que no descansa en sembrar obras de infraestructura para mejorar la calidad de vida de un pueblo hambriento.