Si tengo que ser honesto diré que ‘Run All Night’ no es todo lo decepcionante –si cabe la expresión– que esperaba. El film es incluso de algún modo, pero no a través de su historia o de sus actuaciones, más satisfactorio que la tediosa y gratuita Taken 3.

Ahora bien, no hay que emocionarse más allá de lo obvio. ‘Run All Night’ es tan convencional, burda y reiterativa como cualquiera de las películas de la saga Taken o de la no oficial serie que el propio director Jaume Collet –Serra ha realizado con el mismo actor Liam Neeson como protagonista (Unknown–Non–Stop – Run All Night)

Hasta ahora Neeson ha tenido el favor del público saltando de un film a otro con la misma dificultad de esforzarse como aquél que pasa de una habitación a la siguiente. Pero su buena fortuna parece estar tocando fondo dado el desgaste y el cansancio mostrado en el último capítulo de Taken y la pálida recepción de la presente ‘Run All Night’.

Lo que salva a la película de la hecatombe es el dinamismo y la tensión que genera su montaje, y el sentido de unidad y concisión que envuelve el film en su conjunto. Fuera de allí no hay nada más a que aferrarse.

Liam Neeson es esta vez el asesino a sueldo venido a menos Jimmy Conlon, quien se ve forzado a enfrentarse a su antiguo jefe (Ed Harris) cuando una inevitable tragedia familiar se interpone entre los dos. ¿No fue esta la misma trama pero con mucho mejor resultado de ‘Road To Perdition?

El guion de la película es tan pedestre que en ocasiones parece ser una colección de frases hechas, lapidarias y sentenciosas (‘He hecho cosas terribles en vida’, ‘El no va a parar hasta que los dos estemos muertos’, etc.)

Pero en fin, lo que interesa a los fans de Neeson es saber si el sigue repartiendo porrazos y dejando una estela de cuerpos a su paso por doquier. En ese sentido, debe decirse que Neeson sigue ‘en plena forma’, aunque uno no crea ni acepte muchas de las incongruentes situaciones a las que se enfrenta –la violenta pelea en el baño.