Hacer ejercicio, bajar de peso, dedicar más tiempo a los estudios, aprender inglés, ahorrar más dinero, no llevar trabajo a casa, comprar un apartamento. Estas son frases que escuchan mucho cuando se planifica lo que queremos cumplir en el año nuevo, pero al cabo de unos días, muchos lo olvidan por completo.
Plantearse propósitos es algo positivo que puede servir para hacer una reflexión personal: dónde estoy, qué es lo que quiero, qué es lo que no quiero, dónde quiero llegar, cómo puedo hacerlo.
Regularmente en cada inicio de año nos trazamos metas que no se logran cumplir, por eso encuestamos varias personas en las afueras de dos concurridas plazas de Santo Domingo, con relación a qué piensan hacer para dar más fuerza a sus metas y así cumplirlas.
“Poner mis metas a corto y a mediano plazo y escribirlas, ya que así se me facilita darle seguimiento, además hacer un plan de los pasos a seguir para lograrlo”, dijo la arquitecta Amalia Bodea.
El profesor Elvis Méndez manifestó que si es una meta prioritaria y material haría todo lo posible por cumplirla, como disminuir sus gastos. Añadió que sería todo un sacrificio.
“La palabra sería planificación y sacrificio, si todo está bien planificado se puede lograr, pero también hay que sacrificarse para lograr el propósito planificado”, dijo la mercadóloga Sergia Gil.
“Yo trataré de ver las razones por las que no cumplí mi meta el año anterior y así arreglar para poder avanzar con más fuerzas el próximo año”, comentó el estudiante de economía Luis Miguel Báez.
La abogada Alba Ujebe expresó “yo no soy de las personas de rendirse, si no pude cumplir en un año, vuelvo y me programo y la próxima vez hago más sacrificios y le pongo más fuerzas”.
“Efectivamente el primer paso es el proponérselo, pero todo propósito se ha de acompañar de un esfuerzo y dedicación. Todo desarrollo supone un esfuerzo personal”, afirma la joven estudiante de comunicación social Rosa Lara.
Algunas recomendaciones para lograr tus objetivos
Mantén una actitud mental de conquistador. No deje que te detenga la frustración o la inseguridad. Un espíritu positivo puede ayudarte a sobrellevar los distintos problemas que se antepongan en tu camino y hallar las mejores soluciones.
Una actitud pesimista y negativa, en cambio, no te motiva a solucionar problemas, sino a victimizarte y trasladar culpas.
Marca tus metas, esto te ayudará a proyectar tu camino, identificar qué quieres lograr y cómo puedes hacer para lograrlo.
Primero plantea objetivos generales de éxito y luego fija otros específicos, con resultados tangibles y plazos determinados que te permitan elaborar un plan de acción.
Sé disciplinado, la disciplina será elemental para la concreción de tus metas, ya que te ayudará a acercarte paulatinamente a tus objetivos específicos.
Mantente entusiasta, aunque haya días en los que tus objetivos parezcan inalcanzables, el entusiasmo te mantendrá en el carril correcto.
También inspirará a los que te rodean y les brindará el empujón necesario para lograr sus propios deseos de éxito.
No te rindas, ese entusiasmo te debe acompañar en todo momento, incluso cuando tus planes fallan.
No dejes que un intento frustrado te aleje de tus metas. Aprende de la experiencia, identifica tus errores e mejora para la próxima oportunidad.
Enfócate en tus objetivos, las obligaciones del día a día pueden distraerte y hacer que pierdas de vista tus objetivos.
Concéntrate en lo que quieres lograr y mantenlo siempre en mente.
Cuida tu salud, el bienestar físico, emocional y espiritual dará la fuerza necesaria para seguir tu plan de acción.
A pesar de proyectarte hacia el futuro, asegúrate de vivir en el presente y disfrutar las felicidades cotidianas.
Aprovecha el día, no esperes a que las cosas sucedan ni a que se den las condiciones más favorables o a que la inspiración te ilumine.

