Opinión Libre Pensar

Sainete de publicidad oficial

Sainete de publicidad oficial

Oscar López Reyes

El grueso de los vendedores de publicidad zanquea a greña, cogido por el hombro y a veces calenturientos, ignorando la evolución del mercado en un conglomerado en que el poder está en manos del consumidor, y el Estado no está en capacidad de atender la demanda de un estimado de 5 mil 650 instrumentos comunicativos.

Los medios han crecido muy por debajo que los presupuestos publicitarios de las corporaciones públicas y privadas. ¿Con cuántos contamos en RD? 1) Tenemos casi 370 estaciones de radio, con 3 mil 700 programas; 2) Regenteamos 125 canales de televisión (VHF y UHF), con mil 250 programas; 3) Disponemos de más de 600 digitales, y 4) Gerenciamos más de 100 periódicos y revistas.

Ellos son extensos, y el mercado publicitario ladea harto limitado, que se incrementa con la creciente utilización de las páginas Web y otras plataformas digitales. La colocación depende del alto rating o audiencia; las relaciones y el chantaje.

Gobiernos van y vienen, y en cazadores de publicidad se oye el mismísimo grito: No nos colocan, a pesar de los aportes que hicimos a sus campañas electorales y porque somos del partido. Favorecen a los grandes, que no cooperaron con los candidatos. Tienen que apoyarnos, para contribuir con la democracia.

Los medios son más comercializados. Predomina el aforismo del teórico comunicativo canadiense Marshall McLuhan (1911-1980) de que “el medio es el mensaje”, dimensionado en la audiencia. Los mensajes colocados en programas de alta audiencia, que son unos pocos, tienen gran impacto. Los de baja o ninguna audiencia, no se sienten. Cuando se contratan medios de baja sintonía, resuenan severas críticas, provenientes de opositores, articulistas y programas de alta audiencia, que denuncian un desperdicio de recursos públicos.

Los ofertantes publicitarios están sometidos a presiones indescifrables, por representantes mediáticos que han tenido una expansión superior a las estructuras económico-financieras y publicitarias. La ausencia y escasez de mensajes pagados provoca que desaparezcan medios que son soportes para incentivar el dinamismo de la economía; limita la difusión de noticias, denuncias y comentarios, e incrementa el desempleo.

¿Cuáles son las alternativas para sobrevivir comercialmente? 1) Preparar una estrategia de marketing, con la creación de un contenido llamativo, a fin de captar una amplia audiencia; 2) Buscar subvenciones o contribuciones, y 3) Abandonar los proyectos quijotescos.

El ámbito oficial sainatea aprisionado por las súplicas -más que reclamos- para que auxilie a los aparatos de difusión. En el palo si boga y si no boga, mediáticamente el Gobierno se conserva con minúsculas grietas. Ante esta consideración, justo es que estudie alguna vía para amparar -aunque sea modesta y en modo rotativo- a periodistas que subsisten de su cotidiana labor escritural y la entonación oral enfática de palabras y frases.