Haití, todavía se ve como un país misterioso, y toda noticia que se produce allí, es observado con escepticismo y tiende a despertar nerviosismo y desasosiego en la población; hecho que es aprovechado por algunos políticos para reiterar su discurso anti-haitiano.
Esta vez es una afección, que, por sus manifestaciones clínicas, parece tratarse de sarna o escabiosis; enfermedad que desde tiempos remotos afecta a la población (pobre) de uno y otro lado de la isla.
Los haitianos asediados por la sobrepoblación y la pobreza cometen graves crímenes contra el entorno natural y las consecuencias son desastrosas. A diferencia de nuestro país con cerca de un 50% de superficie boscosa, allí es apenas 4%. En las últimas dos décadas los niveles de lluvia y los caudales de los ríos se han reducido mas de un 50 % y menos del 60% de la población tiene acceso al agua potable.
La situación es triste, porque se están quedando sin agua.
A pesar de que se producen bajas emisiones de carbono responsable del cambio climático, como isleños estamos entre los países a mayor riesgo. Consecuencias inmediatas: aumento y potencia de los huracanes, periodos de sequía mas largos, aumento en el nivel del mar y efectos colaterales como reducción en la producción de alimentos y aumento de las enfermedades producida por vectores: dengue, malaria, colera y ahora este reciente brote de sarna.
La sarna es una enfermedad producida por un ácaro microscópico, muy parecido al piojo, pero que se transmite por el contacto intimo o la ropa, se propaga entre las personas con la falta de higiene, y que viven en hacinamiento.
Regularmente afecta a menores de 15 años, pero por lo general no es grave y el tratamiento es efectivo y barato “agua y jabón”. Suele complicarse cuando se trata de personas con inmunidad comprometida, en este caso desnutridos y/o viviendo con el VIH.
La salud de los dominicanos no está en peligro por este brote de sarna en Haití si eliminamos venta de ropa usada (pacas), y fortalecemos la vigilancia de otras enfermedades, que van de un lado a otro de la frontera. De esta tarea solo nos libraremos, cuando Haití alcance un mayor nivel de desarrollo y nosotros los principales interesados, debemos cooperar para que puedan lograrlo.