Opinión

Se nos van los mejores

Se nos van los mejores

Se  nos van nuestros valores, caracterizados y probados, al más allá, a la otra vida, así como las motivaciones doctrinarias y filosóficas que inspiraron a los fundadores de los distintos sistemas políticos, los propios anhelos de descubrir

Se salen del carril los jóvenes relevos, entrando en bandas y hasta cayendo en el consumo de sustancias prohibidas, alegando falta de oportunidad y quejas con la poca confiabilidad en la Justicia, tan proclive a la corrupción, cayendo en modas dañinas.

Ahora aparece  otra crisis, que es la de la gripe porcina, que afecta a muchísimos países, pero afortunadamente la desgracia de uno podría ser bien para otros,  porque Dios parece que nos sigue ayudando. Como avanzó el presidente Leonel Fernández, hemos blindado  la economía, con   equilibrio en lo fiscal y lo monetario,  inflación controlada, equilibrio con la prima del dólar, nuevas  inversiones en los últimos tres años de capitales extranjero equivalentes a más de US$6,000 millones, contando con 65 centros denominados Call Centers, presentando un plan estratégico para atraer  capitales del exterior.

Esta promoción ha convencido, con los planes que se han visto en la prensa nacional en los últimos tiempos.

O estamos de verdad blindados, o Dios nos está protegiendo excepcionalmente, porque la crisis global nos ha afectado poco o las medidas  han sido útiles. y con la crisis de la gripe porcina no tenemos un solo caso ni siquiera sospechoso.

 Por fin, unas van de cal y otra de arena, dicen en nuestro Cibao querido.   La muerte de don Fernando León  Asensio,   un cibaeño relevante, y  líder  del trabajo puro y limpio, herencia de un cuadro familiar notable, procede ponderarlo en estos tiempos,  y lo voy a decir por este medio, donde dirige nuestro periódico El Nacional, mi adorado vespertino, dirigido por otro valor cibaeño, Don Radhamés Gómez Pepín, que muy bien sabe con su sentido de justicia que le asiste  avalar  lo que decimos del fallecido.

No pude participar en su entrega a la madre tierra por razones ajenas a mi voluntad. Pero cuánto trató de hacer crecer el desarrollo de la tierra para beneficio de todos Don Fernando. Nunca olvido lo que llena la presencia de un amigo, cuando se nos muere un ser querido y nos acompaña en nuestro dolor, así lo viví cuando se murieron mis padres, y  nuestro adorado hermano Zoilo, algún tío predilecto normal con frecuencia y hasta amigos particulares de familias unidas.

A Don Fernando lo conocí siendo  muy joven,  acompañaba a papá en la venta de tabaco en Santiago. El cuadro familiar de este valor fallecido es genético, donde parece que estudiaron sus planes de progresar trabajando  como él, pensando a lo mejor en algunas biografías notables.

Se graduó de profesional en administración de empresas en el extranjero en la Universidad de Montreal, Canadá. Fue  padre ejemplar y  excelente ser humano. Su vida fue servir a su país, no sólo como finísimo técnico tabaquero,  líder comunal, el cual también manejó como presidente  la empresa León Jiménez, presidente de la Aurora, Cervecería Nacional, Cervecería Bohemia, Banco León entre otras y también en el área cultural, deportiva, educativa, etc.

A tal nivel, que el 8% de los impuestos que cobra el superior gobierno lo pagan las empresas ligadas a este prominente desaparecido y su digna familia que dio ejemplo de condición humana, con alto sentido de la  riqueza moral. Su muerte concitó la solidaridad de todos los sectores del país. Estuvo casado con la señora Jeannette Herbert y dejó siete hijos, 21 nietos y 4 bisnietos. Fue el tercero de los hijos del matrimonio de Don Eduardo León Jiménez y Doña María Asensio de León, familia que deja huellas imborrables en un mundo que exhibe tantas degeneraciones.

También quiero aprovechar la generosidad reconocida de  este diario líder  de la tarde, solidarizándonos con la familias de otro gran ciudadano y amigo, don Manolo Quiroz, afectado por la misma causa con motivo de la muerte su querida hermana doña Gladys de Quiroz.   

El Nacional

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