La angustia se apodera de Joel Embiid
Allí estaba Joel Embiid, agachado, con las manos agarrando su cabello tratando de comprender el impacto. Luego, las lágrimas comenzaron a rodar por el frío rostro de piedra del gigante de 7 pies cuando abandonó el piso de Toronto, que estaba en marcado contraste, lleno de júbilo. Y el llanto no se detuvo ahí. Esta […]