El asesinato del escritor y catedrático universitario Jesús de Galíndez Suárez, secuestrado en la estación 59 Columbus Circle del subway de Nueva York el 10 de octubre de 1956 a las once de la noche, cuando regresaba de impartir docencia en la Universidad de Columbia, por esbirros de la tiranía del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, marcó una cuenta regresiva para el final del dictador y sangrienta satrapía de 31 años.
Otra versión afirma que Galíndez fue secuestrado por una unidad de supuestos policías que se presentaron en su apartamento en un patrullero, instándole a acompañarle sin presentar una orden judicial.
Galíndez fue adormecido con un copo de algodón empapado de cloroformo, luego drogado, llevado clandestino a República Dominicana, y conducido a presencia de Trujillo que aguardaba en su hacienda Fundación, aún drogado, despertando frente a quien vilipendió en su libro La Era de Trujillo, de tesis de grado para optar una cátedra en la famosa universidad newyorquina de Columbia, especializada en periodismo.
En el temerario y osado operativo para secuestrar a Galíndez intervinieron el mayor general EN Arturo Espaillat Rodríguez, el único militar dominicano graduado en la Academia Militar de West Point, Nueva York, los hermanos Félix Wenceslao y Minerva Bernardino, el español Félix Hernández Marques (El Cojo) y su amante Gloria Viera, esbirros y sicarios de la tiranía.
El cónsul en la ciudad que no duerme en ese momento histórico era el presbítero Oscar Robles Toledano, pero a la distancia del tiempo, se le desvincula de participar en el diseño del secuestro y posterior muerte del escritor y profesor académico, aunque, evidente, conocía el proyecto.
El motivo de Trujillo ordenar el secuestro de Galíndez, es que en su libro La Era de Trujillo, el catedrático universitario, jurista, escritor y dirigente del País Vasco en el exilio, precisaba que el hijo mayor de Trujillo de su mismo nombre conocido por el mote de Ramfis, no era hijo suyo con la señora María Martínez Alba, sino de un ciudadano de nacionalidad cubaba, naciendo en 1929 en el ingenio San Luis, cuando El Jefe convivía maritalmente con la Españolita, como se identificaba a la señora Martínez Alba.
Versiones circularon relacionadas con intentos de Trujillo sobornar a Galíndez para que anulara la publicación de su libro-tesis, ofreciéndole una oronda suma, que el tozudo vasco rechazó reiteradamente, marcando su fin.
Calieses de la entonces Aviación Militar Dominicana (AMD) de servicios en La Habana, Cuba, hicieron llegar a Ramfis un artículo publicado en la revista Bohemia el 20 julio de 1952 afirmando el origen paterno de Ramfis, que ingresó furioso al despacho, enrostrándole el silencio sobre su verdadero padre.
Ese incidente generó en Ramfis un trauma profundo que nunca superó, padeciendo trastornos psiquiátricos profundos, tratado en Suiza, y en Madrid por el eminente siquiatra José Manuel López Ibor.
El operativo del secuestro se completó con trasladarlo subrepticiamente a Ciudad Trujillo en una avioneta Cessna piloteada por el norteamericano Gerald Lester Murphy desde el aeropuerto doméstico neoyorkino de Amythville, escala en Atlanta, West Palm Beach, Nassau (Bahamas) hasta llegar a Montecristi, donde le aguardaba en otra avioneta el teniente AMD Octavio De la Maza Vásquez, y de allí a Ciudad Trujillo.
Galíndez fue conducido a la Hacienda Fundación, donde le aguardaba El Jefe, frente a quien despertó, amarrado en una silla, presumiéndose el impacto emocional que surtió cuando anestesiado, desde la estación 59 del subway de Nueva York, despierta al siguiente día frente a su crítico.
Se afirma que Trujillo, en grado sumo alterado, hizo tragar a Galíndez la hoja del libro donde afirma que Ramfis no era hijo suyo, y luego enviado al antro de torturas de La 40, donde fue asesinado, descuartizado y arrojado al mar frente al Placer de los Estudios.
Ahí es que se inicia el final de la Era de Trujillo y del dictador, porque Antonio, hermano de Octavio, juró eliminar al asesino de su hermano, juramento que cumplió 53 meses después, el 30 mayo de 1961, insistiendo siempre el autor de este trabajo, que sin Antonio De la Maza, no se hubiese producido el tiranicidio, y final ruptura de EE.UU. con Trujillo, porque el presidente general Dwight David Eisenhower, interpretó que su viejo aliado desafiaba la soberanía.
La primera ruptura de EE.UU. con Trujillo advino con la horrible masacre a entre tres mil a cinco mil haitianos los días 3, 4 y 5 de octubre de 1937.
Algunos de los actuantes en el secuestro y eliminación de Galíndez fueron a su vez asesinados, comenzando por Octavio De la Maza, el piloto Murphy, coronel EN Salvador Cobián Parra (Chuchìn), jefe del Servicio de Inteligencia del EN, el médico Miguel Rivera, Félix Hernández Marques (El Cojo), exsecretario del comandante español Millán Astray, y su amante dominicana Gloria Viera.
¿Quién era Jesús de Galíndez Suáres?.
Jesús de Galíndez nació el 12 de octubre de 1915 en Amurrio, Provincia Âlava, País Vasco, y otra versión afirma que nació en Madrid, hijo de los esposos Jesús de Galíndez Rivero, médico oculista, y señora María Suárez Romarate.
Ingresó a Ciudad Trujillo el 19 de noviembre de 1939, iniciándose en copiar cátedras universitarias que mimeografiaba y vendía a estudiantes de la Universidad de Santo Domingo.
Designado profesor de la Escuela Diplomática de la Cancillería, sirviendo de institutriz de Ramfis que estudiaba leyes y Galíndez era doctor en leyes.
En 1944 designado asesor legal del Departamento de Trabajo, actuando en la huelga de 1946.
Abandona el país el 31 de enero de 1946 rumbo a La Habana y de ahí a Nueva York, donde presentó su tesis para optar por una cátedra en la Universidad de Columbia que intituló “La era de Trujillo, y con ella, escribió sin presentirlo, su final.
Sirvió de mokingbird tanto de la CIA como del FBI para espiar a los fascistas y franquistas en Nueva York.