En circunstancias tan apremiantes como las actuales, en que el Gobierno ha tenido que desistir de la odiosa creación de nuevos impuestos, los legisladores, sobre todo oficialistas, deberían ser más sensatos con la nación, privándose de los insensatos privilegios que disfrutan.
No deberían esperar ni siquiera que se lo reclamen para tomar la iniciativa de eliminar el barrilito y otros privilegios que irritan a la ciudadanía, por demás duramente cuestionados en el pasado.
El vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños, y representantes de distintos sectores han insistido en la eliminación de beneficios que no se corresponden con la función de los legisladores.
Los privilegios, creados por la mayoría saliente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), deben suprimirse de la misma manera que el Presidente eliminó gastos innobles.
El Nacional
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