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Ser político

Ser político

Alberto José Taveras

Desde los albores de la civilización, el ser humano ha necesitado organizarse socialmente para sobrevivir, progresar y convivir, surgiendo en ese proceso quien asume la responsabilidad de representar, liderar y tomar decisiones que afectan a la colectividad, el político. Más que un simple actor público, el político ha sido, a lo largo de la historia, una pieza clave en la construcción de los sistemas de gobierno, en la dirección de los pueblos y en el avance o retroceso de las sociedades.

En esencia, ser político implica ejercer poder con responsabilidad. Ya desde las polis griegas, figuras como Pericles entendieron que el arte de gobernar requería sabiduría, persuasión y compromiso con el bien común. Posteriormente, durante el Imperio Romano, la política se profesionalizó y se entrelazó con la ley y el derecho, sentando bases que aún perduran en los sistemas modernos.

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Con el Renacimiento y la Ilustración, surgieron nuevas visiones del político como servidor público ilustrado, defensor de libertades y constructor de instituciones. Pero no todo ha sido luz, en distintas etapas de la historia, políticos también han encarnado el rostro del autoritarismo, la corrupción y la manipulación. Desde emperadores absolutistas hasta dictadores del siglo XX, el poder político mal encauzado ha generado guerras, represión y crisis humanitarias. Esto revela una verdad fundamental: la política no es buena ni mala en sí misma; depende del carácter moral y visión del político.

En el mundo contemporáneo, el político enfrenta desafíos sin precedentes. Globalización, crisis climática, desigualdad social, revolución digital y polarización ideológica exigen una nueva clase de liderazgo: más ético, empático y tecnocrático. La ciudadanía, más informada y demandante, exige transparencia y resultados. En este contexto, el político ya no puede limitarse a prometer; debe gestionar, escuchar, dialogar y rendir cuentas.

A pesar del descrédito que a veces rodea la política, el político sigue siendo indispensable. Son ellos quienes crean leyes, diseñan políticas públicas, representan a las naciones y median en conflictos. Sin políticos responsables, no hay democracia sólida ni desarrollo sostenible.

En conclusión, ser político es asumir el compromiso de influir en la vida de los demás con integridad y visión histórica. La evolución del mundo no puede explicarse sin ellos ya que han sido arquitectos de imperios, impulsores de revoluciones, fundadores de repúblicas y guardianes o traidores del interés común. Por ello, más que rechazar la política, debemos exigir mejores políticos.

El presidente Luis Abinader ha sido un ejemplo reciente de que se puede ejercer la política con responsabilidad y ética, gestionando el fortalecimiento institucional, la transparencia y el respeto a los procesos democráticos.