En el marco del 80 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas, el presidente Luis Abinader pronunció un discurso que reafirma su papel como uno de los principales voceros internacionales sobre la crisis haitiana.
Su intervención, cargada de llamados a la cooperación y a la acción multilateral, se centró en dos ejes: la necesidad de revitalizar el sistema multilateral frente a los retos globales, y la urgencia de estabilizar Haití mediante una intervención internacional más firme y coordinada.
El mandatario dominicano situó su mensaje en un contexto de cambios acelerados. Señaló que la polarización política, el proteccionismo económico, la revolución tecnológica, el cambio climático y la competencia geopolítica son fuerzas que hoy definen el rumbo del planeta.
En ese escenario, defendió la necesidad de reformas profundas dentro de la ONU, especialmente en materia financiera, para devolverle credibilidad y capacidad de respuesta.
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No obstante, fue Haití el tema central de su intervención. Abinader describió a la nación vecina como “una tragedia humana sin precedentes”, con un Estado colapsado, control territorial por parte de bandas criminales y una crisis humanitaria que desborda cualquier capacidad nacional.
Subrayó que la República Dominicana no puede asumir sola las consecuencias de ese derrumbe institucional y advirtió que la inacción de la comunidad internacional podría tener consecuencias impredecibles para toda la región caribeña.
En ese sentido, respaldó la propuesta de resolución conjunta impulsada por Panamá y Estados Unidos, que busca transformar la actual Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití en una fuerza más robusta, con metas claras, financiamiento suficiente y mecanismos de rendición de cuentas.
Agradeció los aportes de países como Kenia, Jamaica, Belice, Bahamas, Guatemala y El Salvador, así como los fondos comprometidos por Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, advirtió que hasta ahora la misión no ha alcanzado la escala necesaria para cumplir sus objetivos.
El presidente llamó de manera urgente al Consejo de Seguridad, y especialmente a sus miembros permanentes, a aprobar sin demora esta resolución antes de que venza el mandato actual el próximo 2 de octubre.
“Haití exige una responsabilidad compartida como vecinos”, enfatizó, al tiempo que reafirmó que la República Dominicana defenderá siempre su soberanía, su frontera y su política migratoria.
Con este discurso, Abinader consolida su rol como uno de los más insistentes portavoces regionales en los foros internacionales, colocando la tragedia haitiana en el centro de la agenda global y proyectando a la República Dominicana como un actor que exige soluciones colectivas y no paliativos temporales.