Editorial

Sin cizaña

Sin cizaña

El diálogo domínico-haitiano ingresa mañana en una etapa definitoria cuando comisiones oficiales de ambos países se reúnan mañana en Jimaní en la segunda ronda de conversaciones sobre una agenda que incluye temas de migración, comercio, seguridad fronteriza y salud.

Este segundo encuentro estará precedido por el discurso que pronunció el presidente Danilo Medina en La Habana, Cuba, en el cual detalló las acciones que adopta su gobierno para cumplir con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre nacionalidad y migración sin violar derechos humanos.

Se resalta también la advertencia del mandatario de que no aceptará que naciones grandes o pequeñas intenten vulnerar el principio de soberanía nacional, al tiempo de rechazar acusaciones de racista y discriminación imputadas al Estado dominicano.

El ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, ha señalado que ambos gobiernos irían a esa reunión con respuestas concretas a requerimientos que formularon en el primer encuentro celebrado en Juana Méndez, Haití.

Otro precedente que ayudaría a garantizar un feliz término de ese diálogo ha sido el discurso que pronunció el presidente Michel Martelly en la II Cumbre de Países Latinoamericanos y del Caribe (Celac), en el que reiteró su respaldo al diálogo binacional como la mejor vía para zanjar diferencias.

Es claro que corresponde a Haití y República Dominicana afrontar y resolver cualquier tipo de diferendo que aflore entre ambos como inquilinos de la isla Hispaniola, así como profundizar cada día mutua vocación de cooperación y comprensión, en el entendido de que el éxito de uno es triunfo del otro.

Los discursos de Medina y Martelly ante la Cumbre de la Celac otorgan un buen perfil a esa jornada dialogante y alejan a terceros mal intencionados que pretendieron sembrar cizaña a todo lo largo de la frontera domínico-haitiana. Las condiciones están dadas para que Santo Domingo y Puerto Príncipe dispensen al mundo el mejor ejemplo de respeto, entendimiento y cooperación.

Los temas menores que queden pendientes en la reunión de mañana en la fortaleza militar de Jimaní deben ser transferidos a la Comisión Bilateral Domínico-Haitiana, un órgano esencial para discutir y ejecutar proyectos de desarrollo que impacten a ambos lados de la frontera. Esta historia debe tener un final feliz.

 

El Nacional

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