Quitar de la dieta diaria las harinas y el azúcar, es parte de la angustia de muchas personas que buscan conservar o mejorar su salud, pero también de quienes buscan bajar de peso de la mejor manera.
Y ¿por qué angustia? Pues porque quienes han consumido estos dos alimentos por años, en su mayoría, han adquirido una adicción difícil de dejar, que los lleva a abandonar las harinas y retomarla al poco tiempo, o dejar el azúcar y vivir “muriendo” por un dulcito.
Pero qué pasa en nuestro organismo cuando abandonamos las harinas y el azúcar, pues que funciona perfectamente, al decir de la nutrióloga clínica Taiana Ubiñas.
“Sin embargo cuando ya se han ingerido estos alimentos y se dejan de golpe el cuerpo entra en una abstinencia que puede generar mareos, irritabilidad, dolores de cabeza etc. Con el paso de los días esto pasa y nuestro interior lo agradece. Los valores de azúcar en sangre se regulan y nuestra salud mejora considerablemente. Nuestro cuerpo baja de peso y se eliminan depósitos de grasa lo que ayuda en nuestra salud cardiovascular y en general”, agrega.

Prudente y sin excesos
Ubiñas recomienda ser prudente y evitar los excesos, expresando que el que un día nuestro cuerpo se exponga a estos alimentos no es significativo, pues lo que hace la diferencia es cuando el consumo no se controla y cuando la persona padece de alguna condición de salud y esto le afecta.
Sobre las harinas y los adictos a ella en su dieta diaria, aconseja moderar su consumo y entender que todo es posible cuando sabemos mantener el equilibrio.
“Las harinas no son necesarias para una vida sana, la consumimos por placer o conductas adquiridas por cultura, pero necesarias para la salud no son. Sin embargo suprimirlas de base no es mi recomendación porque la nutrición no es rígida ni restrictiva, es balance y equilibrio”, dijo.
De las harinas de almendras, de avena, de coco y otras muchas que se venden como sustitutos más sanos, analiza que pueden generar mejor digestión, sin embargo de aumentar de peso, igual en alto consumo aumentan. Concluye que incluir esas harinas puede ser bueno a la salud digestiva pero si no se controlan las porciones pueden aumentar de peso.

