Cierto o no, la realidad es que en amplios sectores crece la percepción de que el Gobierno manipula las estadísticas sobre la propagación del coronavirus para amedrentar a la población respecto a las elecciones del próximo día 5.
Se ha establecido que el número de afectados y de muertes se ha disparado por el incremento de la cantidad de pruebas, pero todavía así en menor proporción que antes del frenazo para entrar en la tercera fase de la desescalada.
El objetivo del Gobierno, según líderes opositores y analistas políticos, es generar pánico para provocar una alta abstención en las congresuales y presidenciales del 5 de julio. Como parte del terror se ha citado la promoción de la Presidencia de la República en que se utilizan símbolos como calaveras y cementerios.
En ese contexto también se ha citado la saturación de pacientes en los hospitales, que no darían abasto ante el incremento de los afectados por el virus.
Distintos sectores han cuestionado la supuesta utilización de la crisis sanitaria para apuntalar los candidatos oficialistas. El líder de Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, llegó a denunciar que en medio de la pandemia el Gobierno ha dispuesto de más de 100 mil millones de pesos para apuntalar al candidato presidencial peledeísta Gonzalo Castillo.
Si no es como perciben algunos sectores, entonces el Ministerio de Salud Pública tendrá que ser más explícito y menos contradictorio en las informaciones que rodean la crisis sanitaria. Se han efectuado muchos ejercicios para refutar las estadísticas oficiales que el Gobierno muy bien podría aclarar con datos precisos.

