Opinión Articulistas

Sobreviviendo al siglo 21

Sobreviviendo al siglo 21

Chiqui Vicioso

Así se llama una maravilla de libro que recibimos desde la Argentina, (Penguin Random House Grupo Editorial, Argentina, Nov. 2023), de Saúl Alvídrez Ruiz, un joven mexicano obsesionado con las generaciones milenial y centenial, las cuales, según él, “han heredado una civilización ecológica, económica, política y socialmente insostenible”.

El libro es un diálogo entre Norman Chomsky y José Mujica, algunos de cuyos argumentos reproduciré en esta columna y, tiene como objetivo “amplificar la conversación pública entre los jóvenes y enfocarla a la solución de problemas globales”.

Para escribirlo, Saúl logró reunir a dos de los pensadores más amados por la humanidad. Dice Pepe:
“Si la humanidad no se pone a aplacar la guerra y a luchar por revertir el cambio climático, estamos perdidos. Porque esto no lo van a hacer los gobiernos salvo que los jóvenes cubran la calles y los obliguen”.

Y, dice Chomsky: “La izquierda, como todos los demás, debe reconocer el hecho de que por primera vez en la Historia humana estamos enfrentando decisiones que determinan si nuestra especie sobrevivirá o no”.

Y, afirma algo aún más dramático:
“Deberíamos estar avergonzados del hecho de haber impuesto esta carga a los jóvenes. Nuestras generaciones los traicionan a ustedes; les hemos impuesto a los jóvenes del mundo la tarea de rescatar la civilización de nuestro fracaso. Nosotros lo destruimos y es su tarea tratar de rescatar algo de este caos que les dejamos. Es feo, pero es cierto.”

Porque, dice Pepe:
“El avance de la economía y de la tecnología, si tiene un destino de crear y tratar de multiplicar la felicidad, bienvenido. De lo contrario, puede ser un mundo desastroso; podemos ver un tipo de dictadura que nunca ha visto la tierra. Para mí, la izquierda tiene que ser más revolucionaria que nunca”. “El Socialismo será autogestionario o no será”.

Y, algo de mi propia experiencia:
Lo que parece importante hoy no tendrá ninguna significación dentro de unas décadas. Los aparentes triunfos de la irreflexión política, la imprudencia, y la ambiciosa manipulación de nuestras figuras públicas, son irrelevantes, frente a la cierta y certera mirada de la Historia. Por eso veneramos hoy a Juan Pablo y Rosa Duarte, a Simón Bolívar y Sucre, y sus victoriosos enemigos son considerados como lo que realmente fueron: pequeños hombres.

Si algo tiene de maravillosa esta edad, es saber enterrar a quienes no merecen nuestra admiración, respeto o cariño. Es un ejercicio de sanidad mental que aporta mucha tranquilidad y paz, y es a lo único que debemos aspirar cuando la muerte diariamente nos recuerda el poco tiempo que nos queda en este valle de maravillas cotidianas, de risas y de lágrimas.