La agresión de que fue víctima una odontóloga por una patrulla de la Policía cuando se desplazaba en su vehículo por una calle de Mao es otra nota tenebrosa sobre la misión de los agentes del orden para garantizar la seguridad ciudadana.

Cuesta entender, por demás, que agente policiales insistan en los mismos métodos de disparar a conductores porque desacaten una supuesta orden de pare.

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Sobre el caso de la doctora Silvia Peñaló se han ofrecido distintas versiones. La Policía dice que se disparó a los néumáticos cuando la profesional desobedeció una orden de detención porque la yipeta en que circulaba fue confundida con otra a la que se le daba seguimiento.

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Sin embargo la odontóloga dice que nunca se percató de que se le había mandado a detenerse. El suceso reclama tanto la depuración como la aceleración de la reforma policial.