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Sugerimos al Presidente observar una ley

Sugerimos al Presidente observar una ley

Luis Abinader Corona y Franklin Romero

El Senador de la República Franklin Romero, representante de la Provincia Duarte, ha demostrado con su reciente actuación una alarmante falta de conocimiento, coherencia y compromiso con la memoria histórica del deporte que se prolonga a través del tiempo incidiendo en el presente y el futuro dominicano.

No sólo faltó a su palabra empeñada cuando en abril de 2021 me prometió personalmente que no continuaría adelante con su proyecto para declarar el 23 de septiembre como Día Nacional del Pelotero, sino que, además, decidió desconocer de manera flagrante el mayor acontecimiento luctuoso del béisbol nacional: la tragedia aérea de Río Verde.

Cuando le advertí en aquel entonces, vía llamada telefónica, que ya existía un Decreto Presidencial (57-01, emitido por el presidente Hipólito Mejía en 2001) que designa el 11 de enero como Día del Pelotero en honor a los 32 beisbolistas y deportistas que murieron en 1948, él aseguró que retiraría la iniciativa.

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Alegó que su propuesta había surgido por sugerencia del periodista Héctor Gómez, en reconocimiento a Osvaldo Virgil, primer dominicano en llegar a Grandes Ligas, un 23 de septiembre.

No discutimos la grandeza de Osvaldo Virgil, figura irrepetible y orgullo de nuestra nación. Pero lo que resulta inaceptable es pretender borrar o minimizar la fecha que recuerda el accidente aéreo que dejó luto eterno en Santiago y en todo el país.

Aquellos peloteros viajaban de regreso desde Barahona, tras coronarse campeones nacionales de béisbol amateur, cuando encontraron la muerte en Yamasá.

Sus nombres y el sacrificio que simbolizan, no pueden quedar sepultados bajo la actuación legislativa ni el capricho personal.

La pregunta es obvia: ¿Cuál es la urgencia o necesidad de irrespetar a los peloteros fallecidos aquel 11 de enero de 1948?

La respuesta es dura, pero clara: ninguna. Solo la ignorancia, la ligereza y la falta de compromiso con la historia pueden explicar que un senador sin méritos deportivos intente reescribir la memoria colectiva para imponer una fecha alternativa. Y hacerlo, además, en contra de un decreto vigente, razonable, oportuno, y acertado es una afrenta que no debe pasar inadvertida.

Hoy, quienes mantenemos viva la llama del recuerdo de Río Verde, solicitamos en nombre de la colectividad santiaguera y cibaeña al presidente Luis Abinader que disponga la observación de dicho proyecto de ley y, en su lugar, promueva la ratificación del 11 de enero como el Día Nacional del Pelotero Dominicano.

El respeto a la memoria de nuestros héroes deportivos no es negociable. Honrar a Osvaldo Virgil es justo; ultrajar la memoria de 32 mártires del deporte es imperdonable.

Por: Héctor García

El Nacional

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