Se desataron los demonios en las relaciones entre Washington y Kingston, posteriormente a que Jamaica rechazara reconocer los privilegios diplomáticos a una pareja casada del mismo sexo, nombrada en esa demarcación por Estados Unidos.
El matrimonio homosexual es legal en unos 30 países en el mundo. En América hay 10 naciones que reconocen este derecho.
Pero la agenda diplomática de algunos estados, los cuales persiguen contra viento y marea imponerla en todo el mundo, comienza a generar contradicciones con otros pueblos con legislaciones diferentes.
En el caso norteamericano, es una constante que este país persiga afanosamente meter por «boca y nariz» las ideas LGTBQ, normalmente evadiendo los diferentes sistemas jurídicos que desconocen el matrimonio homosexual.
La disputa entre la diplomacia estadounidense y jamaiquina, por el rechazo de la última a reconocer los privilegios diplomáticos al cónyuge de uno de su legación, es la manzana de la discordia, generando preocupaciones sobre el futuro de la amistad entre ambas comunidades.
El pugilato entre el Departamento de Estado y la cancillería de Jamaica ha llegado a un punto tal que Estados Unidos no le ha extendido el visado a la embajadora jamaiquina Audrey Marks, y al cónsul Oliver Mair, instruyéndoles a abandonar el territorio tan pronto expiren sus respectivos visados.
Todo comenzó por la demora de la cancillería jamaiquina en responder con prontitud a dos solicitudes de los Estados Unidos sobre inmunidad diplomática, y en un giro inusitado, Jamaica le contestó negativamente, desencadenando medidas de represalias por parte del país del norte.