Por décadas, la parte alta de la capital de la República, sus barrios y sus sectores, han crecido cada vez más arrabalizados y usurpados sus espacios públicos por anexos de viviendas y negocios, venduteros ambulantes, vehículos, talleres, tránsito de motores, fondas, freidurías, chatarras etc. Ya las aceras no son para caminar, pues la gente tiene que lanzarse a las calles y desafiar el peligro. El caos va en aumento y la arrabalización también.
Para estos barrios, la Dirección de Espacios Públicos del A.D.N. no existe, solo existen los votos que dan el triunfo a los postulantes políticos. Los votos son el activo más preservado por potenciales candidatos a cargos electivos.
David Collado, exalcalde mejor valorado de las últimas décadas no tocó el tema de la arrabalización. Carolina Mejía, candidata a salir del cargo por la puerta ancha, debido a la buena valoración que tiene, y que no ha tenido ruido de uso indebido de los fondos de este ayuntamiento, no se ha interesado por este tema.
En el tiempo que le queda no se ocupará de esta problemática. Nuestra alcaldesa y los señores regidores conocen muy bien el desorden, peligro, irrespeto y violación legal que prima en las comunidades afectadas por descuido del gobierno local, pero por no poner en riesgo los potenciales votos, que son muchos, no miran para esos barrios y sectores en zafra muerta, pero además, porque la política lo refiere así.
Reconocemos la cantidad y calidad de la gestión de Carolina, pero admitiendo también que pudo hacer más, y llegar donde otros no se atrevieron. Se ha llevado bien con el cuerpo de regidores, respetándose entre sí, incluidos los que se marean con el olor a poder, que ahora exhibirán sustancial mejoría porque se acerca el 2024.
El mayor interés de los munícipes es que trabajen unificados, para lo que fueron elegidos, que no pongan las manos a lo ajeno ni hagan líos como han hecho otros, y que salgan juntos por la puerta grande. Ojalá que el alcalde, alcaldesa y regidores que surjan el año que viene fijen su atención en la arrabalización que por décadas raya en lo peligroso y asqueante para los munícipes y visitantes del territorio arrabalizado en el Distrito Nacional.
Por: Lic. Santiago Martinez