El pueblo dominicano en general y los perremeístas en particular deben tener paciencia y mantener la fe en nuestro presidente Luis Abinader, quien viene demostrando que tiene principios y valores elevados, ya que dentro de su programa de gobierno no estaba, en principio, enfrentar una pandemia tan terrible como el covid-19, que ha traído como consecuencia, el desvío de dinero de otros proyectos y actividades necesarias para enfrentarla, la disminución del flujo turístico, principal fuente de ingreso económico del país, la reducción de la producción en todos los niveles, lo que ha provocado el despido de trabajadores en muchas fábricas.

Sin embargo, Luis Abinader hasta ahora ha dado pasos firmes, propiciando una justicia independiente, combatiendo la corrupción y las inconductas dentro de su propio gobierno, ya que él ha dicho que todo el mundo es responsable de sus actos; saliéndole al paso con firmeza al narcotráfico, así como el recién iniciado proyecto de desarrollo de las cuatro provincias que rodean el lago Enriquillo y otros.

Propongo a la alta dirección del Partido Revolución Moderno (PRM), que profundice el trabajo iniciado en las redes sociales por la doctora Geanilda Vásquez, de difundir las ejecutorias positivas del gobierno y sus lineamientos programáticos, para salir al paso a los enemigos del partido y del gobierno que viven confundiendo al pueblo y hasta a los propios perremeístas, que no entienden que estamos viviendo en un momento de crisis, dejándose embaucar con desinformaciones interesadas.

De ahí que nuestro presidente necesite para poder poner en práctica en su totalidad su carpeta de proyectos que habrá de producir un país más próspero y feliz, erradicar la corrupción que sustrae de las arcas nacionales dinero que bien pueden utilizarse en satisfacer necesidades públicas; así como la superación de la pandemia que ha aumentado el desempleo, con el cierre de numerosas empresas y negocios, la semiparalización de los espectáculos culturales, artísticos y deportivos, la interrupción de las clases en los colegios y centros educativos técnicos.

Por. Manuel Andújar