RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Lo habitual en español es que los sustantivos sean masculinos o femeninos. Si se trata de seres animados, lo común es que el sustantivo adopte una forma específica para cada uno de los dos géneros gramaticales, en correspondencia con la distinción biológica de sexos.
Esta diferenciación puede hacerse por el uso de terminaciones añadidas a una misma raíz, como ocurre, por ejemplo, en gato/gata, profesor/profesora, niño/niña, conde/condesa, zar/zarina. También puede ser por el uso de palabras de distinta raíz según el sexo del sujeto de que se trate como ocurre en hombre/mujer, caballo/yegua, yerno/nuera.
Si el referente del sustantivo es un objeto inanimado, lo normal es que sea solo masculino (cuadro, año, árbol) o solo femenino (casa, calle, democracia).
Ciudades y países
¿Qué género corresponde a países y ciudades? ¿Diremos que “Santiago es hermoso y desarrollado y que La Vega es bonita y tranquila? ¿Podemos decir que “España es nuestra hermana lejana y Haití nuestro hermano más cercano? Veamos.
La terminación de las palabras con que se nombran países y ciudades es importante para determinar el género como habremos de mencionarlos. Se recomienda seguir como orientación que los nombres de países que terminan en -a átona (no acentuada) concuerdan en femenino con los determinantes y adjetivos que los acompañan.
Ejemplos: “Se refirió a los problemas de la Colombia de hoy”; “Con la conquista, llegó de la vieja España al Nuevo Mundo”.
Cuando los nombres terminan en -a tónica (acentuada) o en otra vocal, así como los terminados en consonante, suelen concordar en masculino: “Para construir el Panamá del futuro”; “México lindo y querido…” ;“El país homenajeado será el Perú”.
En lo que respecta a las ciudades, rige lo mismo: aquellas cuyos nombres terminan en -a suelen concordar en femenino: “La Samaná de ahora dista mucho de la de Macabón”; “Puerto Plata es atractiva y productiva”.
Si el nombre de la ciudad termina en otra vocal o en consonante suele concordar en masculino: “Baní es dinámico”; “El Macorís de tu infancia ha cambiado”. Es válido observar que los nombres de ciudades, sin importar terminación del sustantivo que los designa, pueden casi siempre concordar en femenino, por influjo del género del sustantivo ciudad, que es femenino:
“Desde la hidalga Santiago de los Caballeros”; “Desde Santo Domingo, primada de América”; “Mi Buenos Aires querida, ¿cuándo te vuelvo a ver?”. Los adjetivos “hidalga”, “primada” y “querida” están todos en femenino, como ciudad.
Ya vemos: la terminación influye para atribuir género a pueblos, ciudades y países. Estas tres palabras presentan géneros gramaticales, por eso un pueblo será, tranquilo o alborotado (todo en masculino). Una ciudad, limpia o fresca (femenino) y un país puede ser organizado o complicado (masculino). El tema de los géneros seguirá.