Articulistas Opinión

TLC y subdesarrollo

TLC y subdesarrollo

Elvis Valoy

En una época de mi niñez residí por varios meses en una productora provincia del país. Como nodriza del desarrollo que amamantaba la agricultura y la ganadería en la enorme producción de riquezas, que es en resumidas cuentas, la variable que contribuye con el progreso de los pueblos, esa demarcación hacía grandes aportes al avance del país en el agro y la pecuaria.

Luego de 40 años visité aquellos predios prodigiosos, y para mi desagradable sorpresa, las tierras urbanas se habían “tragado” a las rurales. Asimismo pude notar que las remesas, el motoconcho, “las voladoras” y los carros de concho, parecían ser las principales “industrias” empleadoras de la mano de obra abundante en esa localidad.

Mi ilusión sobre ese “granero del norte” se derrumbó como castillo de arena, al ver que las entonces grandes plantaciones de cacao, arroz, café, etc., lucían haberse achicado y en muchos casos “borradas” por la inclemente política puesta en práctica hace más de dos décadas que cambió una sociedad de producción por una sociedad de consumo.

Turismo y zonas francas cayeron como el destronado rey Tántalo de la mitología griega, que como maldición han sido las fuentes de mucho de nuestros grandes males, como son la delincuencia, prostitución, desempleo, viajes ilegales, subempleo, marginalidad, etc.

A estos renglones se le ha agregado la alocada firma de tratados de libre comercio (TLC), mamotretos que cientos de estudios han demostrado hasta la saciedad que son promotores de la privatización de bienes y servicios (salud y educación), que generan desempleo, abaratan aún más nuestra mano de obra, arruinan las economías agrícolas, reafirman la condición de economía de zona franca, arremeten en contra del medio ambiente, aumentan la pobreza y la desigualdad, etc.