Opinión Articulistas

“Todo lo que te llevaste”

“Todo lo que te llevaste”

Eduardo Álvarez

Lo que te llevaste. En esta novela, Lisbet Sosa da riendas sueltas y coquetea con la precisión de su escritura, como un retrato de Rembrandt o Velázquez. De forma poco convencional —más bien, hábil—, nos sumerge apasionadamente en el complejo e inútil romance de Maia y en la vida despreocupada de Dimas, cuyos encantos dañan y perturban la ya problemática relación de esta pareja, desprovista de rumbo y propósito.

Ambos son bien educados, de la misma vecindad, con la diferencia de que ella es una romántica empedernida y él permanece inacabado, por lo tanto, imperfecto. Defectuoso. No encaja del todo en un mundo que podría haber sido maravilloso y que nos parece muy real, gracias a la magia de la autora. Palpable y exquisito.

Conectas con los personajes y los acontecimientos hasta tal punto que cantas, ríes y lloras con ellos. Los sientes tan cerca que no te pierdes ninguno de sus pasos. Cada palabra, cada frase y cada imagen, cuidadosamente colocadas y ordenadas, aportan un toque meticuloso a los detalles de la vida matrimonial de dos personas sin otro objetivo que el fugaz disfrute de la alegría que brindan los encuentros furtivos, prolongados esta vez en un matrimonio fallido. Si hay una moraleja en esto, solo se encuentra en el valor insuperable e infinito del amor correspondido.

Convertir situaciones, tan comunes y simples como estas, en algo sublime, tan especial que merece la pena contarlas y leerlas, es la mayor virtud de esta novela corta y cautivadora. Y un logro singular para una autora debutante.

¿Sabe Lisbet cómo cautivarnos? Quizás no. Lo ha logrado, tal vez sin proponérselo. Sus pasiones —un amor temprano por la literatura— se transforman aquí en un talento desbordante, a pesar de ser una escritora novel cuya consagración estamos a punto de presenciar. Primeros pasos con buen ritmo.

Medida, hábil, fascinante. Cuando esto sucede, como sucedió con Lisbet y «Todo lo que te llevaste», tenemos motivos de sobra para celebrar y confiar en nuestros nuevos talentos literarios. Gracias y felicidades por todo lo que nos has traído.