Las estadísticas son tozudas porque describen una realidad de manera objetiva con estrecho margen a la tergiversación, más aun si son levantadas al resguardo del debido protocolo técnico con muestras adecuadas y representativas, cuyos resultados, por lo general, son irrebatibles.

Líderes y gremios empresariales han advertido que el programa de repatriación de inmigrantes indocumentados afecta el desempeño de sectores productivos como la construcción y la agropecuaria, sobre los cuales se advierte que no sobrevivirían sin la mano de obra haitiana.

Resulta que en el informe del Banco Central sobre desempeño del indicador mensual de actividad económica, que registró una expansión interanual de 5.4 % en marzo, figura el sector construcción como el de mayor aporte a la economía con un 14.5 por ciento.

De igual modo, la agropecuaria mostró señales de alivio con una tasa de crecimiento de 5.2 %, frente a un promedio acumulado de 4.6% durante los meses enero y febrero de este año, moderado incremento todavía cercano al estancamiento.

En término de crecimiento interanual, la construcción tuvo una variación negativa del -0.5 % durante los últimos cuatro meses, a lo que se atribuye en gran parte que la economía apenas creciera 1.7 % durante los dos primeros meses del año.

La construcción asumió el liderazgo en el impulso del crecimiento económico (14.5 %), a pesar de que la Dirección General de Migración dice que repatrió en 2024 más de 276 mil indocumentados y cerca de 125 mil en lo que va de 2025, lo que indica que el programa migratorio no ha afectado de manera significativa a esa industria.

Lo mismo ocurre en el sector agropecuario, cuyo crecimiento en marzo estuvo marcado por el aumento en la producción de rubros como arroz, plátanos, guineos, huevos y pollos, actividades que cuentan con una significativa cantidad de mano de obra haitiana.

Frías estadísticas indican que la aplicación irrestricta de la Ley de Migración no afecta de manera significativa el crecimiento de sectores vitales de la economía como construcción, agropecuaria y turismo, que la pregonada indispensabilidad de la mano de obra haitiana es en realidad un pretexto para disminuir costos de producción a través de la degradación de salarios y jornales.