Editorial

Tradición de fe

Tradición de fe

Las conmemoraciones que se inician desde hoy Jueves Santo están íntimamente vinculadas con la cultura, creencias y tradiciones del pueblo dominicano, por lo que constituyen un tesoro que la identidad nacional atesora con vehemente fe. Dicen que Jesús, el hijo de Dios, habría nacido entre el año VII y el año IV antes de la Era Cristiana y que habría muerto y crucificado en la cruz entre el 26 y el 28 de nuestra era, en Judea, durante la prefectura de Poncio Pilatos, en tiempo del emperador romano Tiberio.

Los evangelistas Marcos, Mateo, Lucas y Juan narran el episodio de la crucifixión y coinciden en el señalamiento de que el redentor del género humano murió después de cumplirse las profecías sobre la traición de Judas, la última cena, la negación de Pedro y la escogencia de Barrabás para ser liberado.

La Iglesia católica y las diferentes denominaciones cristianas coinciden en conmemorar desde hoy hasta el domingo la pasión, muerte y resurrección de Cristo, el más extraordinario pasaje bíblico que relata la muerte del Hijo de Dios para que la humanidad quede redimida del pecado original.

Aunque lo que trasciende en este largo feriado de Semana Santa es el culto al paganismo y al desenfreno, la sociedad debería asumir conciencia de que se trata de una tradición que promueve fe y valores, tales como la consolidación de la familia, la solidaridad, el perdón y la piedad.

Aunque muchas naciones exhiben riquezas y progresos materiales, ven degradarse sus instituciones básicas y sus más acendrados valores, en camino a reeditar el episodio del fin del Imperio Romano, destruido por una ola de opresión, corrupción y excesiva ambición de gobernantes y súbditos.

La sociedad dominicana está compelida a defender su patrimonio histórico, religioso, sus costumbres y cultura, porque esa es la verdadera esencia de su nacionalidad y del perfil de su ciudadanía, que debe tener la solidez necesaria para no ser sustituida ni degradada por ideologías foráneas.

La conmemoración de Semana Santa es, pues, parte del patrimonio espiritual y de la fe del pueblo dominicano que se adhiere con pasión y fervor a todos los valores que esa tradición representa.

El Nacional

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