Opinión Articulistas

Tratado Basilea

Tratado Basilea

Alberto José Taveras

(Falacia histórica haitiana)

En los últimos años, algunos sectores haitianos han acariciado la errónea idea de que la parte oriental de la isla de Santo Domingo, hoy República Dominicana, les pertenece por derecho, alegando como base jurídica el Tratado de Basilea de 1795. Esta interpretación, sin embargo, no resiste un análisis serio desde la óptica del derecho internacional ni desde la evolución histórica de los tratados posteriores entre España y Francia.

El Tratado de Basilea, firmado el 22 de julio de 1795 entre España y la Francia revolucionaria, fue un acuerdo de paz mediante el cual España cedió la parte española de la isla de Santo Domingo a Francia. Sin embargo, esta cesión fue más nominal que efectiva. Francia nunca logró consolidar su dominio administrativo ni militar sobre toda la parte oriental. De hecho, la cesión no fue ratificada plenamente por las autoridades locales, y la población criolla nunca aceptó ser gobernada por Francia.

A esto se suma que en 1809, con apoyo británico y criollo, los dominicanos lograron restaurar el dominio español en lo que se conoció como la “España Boba”. Más relevante aún es el hecho de que el Tratado de París de 1814, firmado tras la caída de Napoleón, anuló los efectos del Tratado de Basilea, restituyendo a España todos los territorios que habían sido cedidos a Francia, incluida la parte oriental de Santo Domingo.

Francia reconoció nuevamente la soberanía española sobre esa porción de la isla. Este tratado, jurídicamente vinculante, revierte cualquier derecho que Francia, y por ende Haití, que se independizó de Francia en 1804, pudiera alegar sobre el territorio. Asimismo, el derecho internacional moderno reconoce la autodeterminación de los pueblos como principio fundamental.

La República Dominicana proclamó su independencia el 27 de febrero de 1844, no de Francia ni de España, sino precisamente de Haití, que había invadido y ocupado la parte oriental entre 1822 y 1844. Esta independencia fue defendida con firmeza durante las guerras dominico-haitianas y posteriormente reafirmada en múltiples hechos jurídicos, tratados y reconocimientos diplomáticos internacionales. Por tanto, la narrativa de que Haití tiene derechos históricos sobre la República Dominicana basados en el Tratado de Basilea es jurídicamente insostenible, históricamente inexacta y políticamente peligrosa.

La historia y el derecho son claros: la República Dominicana es el resultado de un proceso de autodeterminación legítimo, fundado sobre la resistencia a toda forma de dominación extranjera. Cualquier intento de distorsionar esta verdad es una afrenta no solo a la soberanía dominicana, sino también a la integridad del derecho internacional.