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Turismo y estilo, de vida

Turismo y estilo, de vida

Priorizar lo sanitario

En esta etapa la línea del Gobierno y Asonahores tiene que ser prudente en cuanto a propósitos y promover la necesidad de priorizar las políticas sanitarias ante la presión económica, con miras a lograr una recuperación más avanzada para la temporada turística de 2021.

Es más cauto pasar de una fase a otra sólo cuando haya máxima seguridad sanitaria y que los polos turísticos se conviertan en bastiones libres de la enfermedad.

Esto no significa disponer el cierre de las operaciones hoteleras, sino trabajar para ofrecer a los turistas que nos visiten la mayor de las garantías.

El surgimiento de un brote de coronavirus en alguno de nuestros polos turísticos sería catastrófico para el sector, situación que podría hacer colapsar el esfuerzo de recuperación.

Hay destinos extranjeros que por intereses económicos recelan el éxito alcanzado por el país en el turismo masivo y no escatimarían esa oportunidad para crearle una imagen negativa.

Es ajustada a lo posible la aspiración de Asonahores de la llegada de 400 mil turistas en los que resta del año.

Pero hay que tener cuidado en el manejo de esos visitantes, teniendo en cuentas que hay hacer cumplir al pie de la letra con los protocolos sanitarios establecidos.

Eliminar las pruebas PCR en los aeropuertos del país para permitir el ingreso de nacionales y extranjeros es contraproducente y podría no surtir los efectos deseados por las autoridades.

No detectar a tiempo un visitante infectado por el virus, podría acarrearles muchos recursos al Gobierno dominicano de los cuales no dispone.

Quien garantiza que cualquier ciudadano del mundo decida aprovechar el seguro médico gratuito que de manera temporal serán dotados todos los turistas que se hospeden los hoteles nacionales.

Antes de la pandemia, la Unión Europea aprobó la Tarjeta Sanitaria Europa para estancias temporales de sus ciudadanos en un país diferente a su residencia.

Este seguro médico obligaba a ofrecer a los visitantes los mismos derechos a la asistencia sanitaria que a los ciudadanos asegurados del país en cuestión.

Hacia España se desató una avalancha de ciudadanos de la UE que iban de vacaciones, pero la finalidad era realizarse un tratamiento médico aprovechando una atención hospitalaria más barata y completa.

Hubo la necesidad de realizar ciertos ajustes, debido a que la situación impactó el sistema sanitario de esa nación.

Eso mismo nos podría ocurrir aquí si un ciudadano extranjero infectado de coronavirus decide aprovechar las facilidades del seguro médico que será dotado cada turista.

Para los visitantes hay que brindarles todas los servicios de lugar, pero tenemos que ponernos ojo visor a ese aspecto para que no nos metan gatos por liebre, como dice este refrán.

Hay que trabajar con el turismo local, que ha sido la tabla de salvación en este momento para los hoteles de República Dominicana como lo dijo el vicepresidente de Asonahores, Andrés Marranzini.

No es que nos olvidemos del turista extranjero, tenemos que trabajarlo igual, con tesón para atraerlo y rodearlo de confianza, pero hay que tener claro y lo hemos dicho y lo reiteraremos hasta la saciedad, que luego de esta inesperada pandemia, ha surgido un turista con un nuevo perfil y un comportamiento diferente al viajero de antes de aparecer el coronavirus.

El nuevo turista tiene miedo y busca seguridad en salubridad, evitando las aglomeraciones y realizando sus actividades más individuales y hasta cierto punto un servicio más personalizado y digitalizado.