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Twitter va a la deriva

Twitter va a la deriva

Twitter languidece, y muestra de ello es que dos de sus ejecutivos fueron despedidos la semana pasada: Kayvon Beykpour, gerente general, y Bruce Falck, gerente general de ingresos.
La razón de estos despidos se resume en que Twitter ha fallado en su meta de aumentar sus ingresos, algo que fue evidente en su último reporte trimestral.

Aun cuando Twitter sí logro superar la expectativa en lo que respecta a cantidad de usuarios, tal parece que el ritmo no va acorde a metas propuestas en el largo plazo, y de ahí salen decisiones como la mencionada más arriba.
Parag Agrawal, actual CEO, quien tomó las riendas de Twitter en diciembre pasado tras la salida de Jack Dorsey, alega que con estos cambios quiere llevar a la compañía en otra dirección.

Más allá de estos despidos, la situación en Twitter es truculenta. De entrada, existe la posibilidad de que Agrawal no permanezca en el cargo de CEO más allá de octubre de este año, cuando se completaría la adquisición de la compañía por parte de Elon Musk, si es que no se cancela toda la operación antes de tiempo.

Una vez Musk sea el dueño, se da por un hecho que Twitter dejará de cotizar en bolsa. En esta nueva etapa, se especula que Musk podría ser CEO interino en lo que aparece un candidato adecuado.

Aunque inicialmente hubo resistencia hacia la adquisición por parte de Musk, al punto de que se llegó a aplicar el mecanismo de la píldora envenenada, eventualmente la oferta fue aceptada, y ahora parece obvio que fue por conveniencia: el panorama actual de Twitter no es muy halagüeño, sobre todo en el contexto de un mercado de valores tenso por la situación económica mundial.

En los últimos días, las acciones de Twitter no han hecho más que bajar, y es difícil imaginar que sobrepasen los 54.20 dólares que ofreció pagar Musk por cada una de ellas cuando lanzó su oferta.

Tan mal está la situación en torno a Twitter que hay quienes especulan que Musk podría renegociar el precio de compra en base al bajón que han sufrido estas acciones. Hay incluso análisis de mercado que indican una probabilidad de que la adquisición no se llegue a materializar, dándose indicios de esto la semana pasada cuando Musk puso todo en pausa.

En el caso de que la compra se ejecute acorde a lo planeado, aún faltan algunos meses para que Musk tome el mando de Twitter, pero ello no impide que haya cierto escepticismo respecto a lo que traerá ese cambio.

Desde ya, grandes marcas, como es el caso de Coca Cola y Disney, están llamando a boicotear a Twitter si Musk decide revertir políticas de moderación de contenidos que limitan discursos de odio y desinformaciones políticas.
Sin duda, un panorama muy turbio en torno a Twitter.