Nunca le he dado la mínima importancia a la Teoría Baconiana que insiste en demostrar que Francis Bacon escribió las monumentales obras de William Shakespeare. Eso es puro Bochinche, como dijera Francisco de Miranda al ser arrestado en el desplome de la Primera República Venezolana de 1812.

Lo que sí pienso con certeza absoluta, es que Francis Bacon enseñó a pensar de una manera científica a través de su ‘’ Novum Organum’’, dando un carácter primordial a la observación como elemento indispensable para pronosticar acontecimientos.

Si nos acogemos al método de la observación, es pronosticable que un triunfo de Francisco Javier García como candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana, aseguraría una alianza entre el PLD y la Fuerza del Pueblo.

Javier García supera por mucho a Danilo Medina en pragmatismo y aprendió del viejo maestro, don Juan Bosch, que lo personal no cuenta en la política en su carácter de ciencia. Además, tiene vocación de poder.

Es pronosticable que, para las elecciones del 2028, habrá una polarización entre el Partido Revolucionario Moderno y la Fuerza del Pueblo. Al PRM le espera cruzar un camino espinoso: elegir su candidato presidencial, evitando a toda costa que se produzca el mínimo resquebrajamiento. La más mínima división lo lanzaría estrepitosamente a la oposición. El presidente Luis Abinader deberá actuar con sapiencia.

La candidatura a la presidencia de Leonel Fernández, fuerza al PRM a elegir un candidato que pueda competir al más alto nivel intelectual y no cuesta ningún esfuerzo saber que ese es Guido Gómez Mazara.
Guardando la distancia: Guido sería, aquel Leonel que insistía desesperadamente en debatir con el doctor Peña Gómez. Lo voy a decir, aunque provoque dolor en algunos precandidatos: Guido es el candidato que le conviene al PRM.

Él es el único que puede salir triunfante en un debate electoral frente al expresidente. Lo que acontezca en esa convención del PRM, podría ser el punto de inflexión que lance a Guido a la formación de su propio partido.

Por: Ramón Rodríguez
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