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Urgencia de Santiago

Urgencia de Santiago

Carlos Manuel Estrella

La dinámica económica, de desarrollo inmobiliario y de infraestructuras de gobierno que vive Santiago en estos momentos no tiene precedente en la historia y plantea retos ante asuntos críticos que ameritan de acciones urgentes y puntuales para evitar un caos mayor en medio de ese crecimiento histórico.

El Sistema integrado de transporte de Santiago, STI por sus siglas, es un ambicioso plan gubernamental que pretenda abarcar un teleférico, un monorriel, corredores de autobuses y un circuito de bicicletas en la segunda ciudad del país y que ya está en ejecución con sus dos componentes iniciales en primera etapa.

El recorrido del teleférico, primera obra a ser puesta en servicio a final de este año, comprende dos tramos de más de tres kilómetros cada uno para unir el casco urbano o terminal central, con los sectores periféricos de la parte sur de la ciudad como La Yagüita de Pastor y La Barranquita, en el recinto UASD.

El monorriel es de mayor calado y, pese al avance en las primeras de sus 16 estaciones que cubrirán desde Cienfuegos hasta la terminal de la avenida Las Carreras y que atravesarán la ciudad de oeste a este, no estará listo hasta el segundo trimestre de 2024, según anunció el Presidente de la República.

El teleférico y el monorriel impactarán la movilidad sobre todo para los pasajeros, principalmente de clase trabajadora de la periferia, pero no resolverán el grave caos vehicular de Santiago que requiere con urgencia de acciones puntuales y megas obras como túneles, pasos a desnivel y cambios viales.

Admitida la incapacidad financiera municipal para afrontar estos males, por lo menos el gobierno local debe tener la sencilla decisión de sincronización de semáforos, regulación de paradas de taxis y minibuses en el centro urbano y efectiva fiscalización, con auxilio de Digesett, de violadores a la ley de tránsito.