Editorial

Urgencia y emergencia

Urgencia y emergencia

El Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemoró ayer, sorprende a gran parte del territorio nacional convertido en un vertedero a causa del enorme cúmulo de basura, lo que constituye un motivo de vergüenza colectiva y un alto riesgo de brotes epidémicos.

Aunque el Ministerio de Medio Ambiente declaró en estado de emergencia a Santo Domingo Norte, San Cristóbal y Santiago, una amplia franja de zonas urbanas está virtualmente bajo un manto de desperdicios, lo que se atribuye a negligencia de las alcaldías en recolectar desechos sólidos.

Hasta la Iglesia ha puesto el grito al cielo por el amontonamiento de basura por doquier, sin que ninguna autoridad edilicia responda penal o civilmente por el daño que su inoperancia e irresponsabilidad causan a los ciudadanos.

Además de exponer a la población a contraer dengue, zika y chikunguya, entre otras enfermedades, la acumulación de desperdicios por todas partes atenta contra el turismo, uno de los soportes esenciales de la economía dominicana, porque ningún extranjero desea viajar a un país repleto de basura.

Se requiere con extrema urgencia que, la Liga Municipal Dominicana intervenga las áreas administrativas de los cabildos que incumplen con el programa de limpieza y aseo, a los fines de obligar a sus autoridades a disponer de los recursos para garantizar la recogida y destino final de desechos sólidos.

Autopistas, avenidas, barrios populares, sectores residenciales, áreas comerciales, hospitales, mercados, parques y hasta cementerios están hoy repletos de basura, que los ayuntamientos no recogen, como si la intención fuera convertir cada comunidad en un retrete.

Duele decirlo, pero un segmento de la población parece acostumbrarse al estado generalizado de suciedad, al lanzar todo tipo de desperdicios en la vía publica, sin entender que esos espacios son la continuación del propio hogar y que la civilidad empieza por la limpieza.

Ha llegado el momento de reclamar que Gobierno, Ministerio de Medio Ambiente, Cámara de Cuentas, Liga Municipal, tribunales contenciosos o quien sea, intervengan desde hoy mismo a todos los ayuntamientos cuyas autoridades han abandonado sus respectivas comunidades, convertidas hoy en basureros o letrinas.

El Nacional

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